Propietarios del coto y de la Virgen del Rocío
Los almonteños defienden con idéntico ahínco la propiedad de la Virgen del Rocío y de Doñana. Y las razones parecen ir más allá del puro fervor. De la romería que durante todo el año genera una considerable actividad económica en la aldea, depende un buen número de familias, que tienen en el alquiler de casas y caballos su fuente de ingresos. Y en la viabilidad del proyecto Costa Doñana, que pretendía construir en los accesos del parque una urbanización de lujo con 30.000 plazas, veían los vecinos la posibilidad de rentabilizar el parque.
El proyecto urbanístico, criticado con dureza por organizaciones ecologistas internacionales -más de 8.000 personas se manifestaron en contra en 1990- y salpicado por la sospecha de corrupción política, fracasó. Desde entonces, los almonteños, espoleados por los promotores y por su orgullo ofendido de Iegítimos dueños del Coto, ven en el parque el origen y fin de todos sus males.
La invasión del pasado fin de semana sólo fue una más del rosario de atentados que vienen sufriendo las instalaciones del parque, o, lo que es más grave, sus responsables. En 1990, en una etapa de conflictividad semejante a la actual, un fuego destruyó cuatro vehículos contra incendios y un todoterreno aparcados junto al centro de recepción del parque. Unos meses después, otro incendió acabó con el Centro de Recuperación de Aves Rapaces y produjo la muerte a un búho real y a un milano. Ese mismo día, unos desconocidos asaltaron las oficinas de la dirección del parque e incendiaron las dependencias. Las investigaciones de la Guardia Civil nunca condujeron a la detención de los responsables. De otra parte, tanto el anterior director de la estación biológica, Javier Castroviejo, como el actual director conservador del parque, Jesús Casas, han recibido frecuentes amenazas, algunas de ellas de muerte.
Contra la nueva ruta
La animosidad de los almonteños se ha exacerbado, si cabe más, a raíz de la nueva ruta turística Puerta Doñana, promovida por el parque, siguiendo las recomendaciones de la Comisión de Expertos para el desarrollo del entorno, que tiene su partida desde Sanlúcar de Barrameda, en la lancha Real Fernando, una copia del primer barco de vapor que tuvo España, que subía por el Guadalquivir desde Almonte hasta Sevilla.Este recorrido de cuatro horas, 18 kilómetros Guadalquivir arriba, desde Sanlúcar a Salinas, permitirá costear una orilla del parque y acceder a aspectos del mismo hasta ahora inéditos a los visitantes. Para Casas, el rechazo de los almonteños a esta ruta es "absurdo", puesto que "no supone competencia turística para ellos".
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.