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La OTAN se pone a las órdenes de las Naciones Unidas para incrementar la presión sobre Serbia

Lluís Bassets

La Alianza Atlántica no prevé una intervención militar inmediata y a gran escala en Bosnia-Herzegovina, según se desprende de la declaración de los ministros de Asuntos Exteriores de los 16 países miembros de la OTAN, reunidos ayer en Bruselas para analizar la situación. Pero los ministros quieren hacer llegar un enérgico mensaje de amenaza a Serbia, cuyos dirigentes políticos y militares son considerados como los "responsables principales del conflicto".

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La OTAN ha expresado con total claridad que sólo puede pensarse en nuevas medidas militares si vienen dictadas por las decisiones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, como sucedió en la guerra contra Irak. ,A este propósito, el ministro de Asuntos Exteriores alemán, Klaus Kinkel, informó de su reciente viaje a Moscú y expresó su preocupación por la evolución política rusa, tras la caída del primer ministro, Egor Gaidar.Rusia debe dar su aprobación a cualquier medida militar que se quiera situar bajo los auspicios de la ONU, como país que cuenta con derecho de veto en el Consejo de Seguridad, al igual que sucede con China, otro país del que se desconoce qué tipo de reacción tendría ante las propuestas de intervención.

Los ministros de la OTAN, al igual que sucediera hace escasos días en la cumbre de la CE en Edimburgo, han querido también enviar un mensaje tranquilizador hacia la opinión pública de los países musulmanes, donde empieza a crecer la inquietud sobre el destino de la población musulmana de Bosnia.

Las comparaciones entre el compromiso occidental con Kuwait, para poner fin a la agresión iraquí, y los actuales esfuerzos desplegados en la ex Yugoslavia son también uno de los argumentos que la diplomacia occidental quiere neutralizar, según reconocieron distintas fuentes de países aliados.

El Comité Militar de la OTAN ha estudiado específicamente, por encargo del Consejo Atlántico, los planes de contingencia de una intervención para asegurar que no se producen sobrevuelos de aviones militares sobre Bosnia, para crear zonas de protección para los civiles y para una acción preventiva.

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La línea de respuesta graduada en la que se inscribe la reunión de ayer en Bruselas contiene todos los elementos para aumentar la intensidad de la participación occidental en los Balcanes, aunque el comunicado final sea muy estricto y moderado en sus expresiones de amenaza.

Si las Naciones Unidas deciden exigir la aplicación de la restricción de vuelos militares sobre Bosnia, la OTAN pondrá sus fuerzas aéreas a disposición del Consejo de Seguridad para neutralizar, mediante el derribo, todos los sobrevuelos serbios o de otra nacionalidad.

En un caso así está claro para todas las partes que cambia sustancialmente el carácter de las fuerzas desplegadas por Francia, Gran Bretaña, Canadá y Espafia, que se convierten en blanco de las fuerzas serbias y deberán adecuar sus comportamientos, preparación y armamento a la nueva situación.

Un ataque a fuerzas occidentales por parte de los milicianos, de los francotiradores o de los fuerzas regulares serbias podría causar una respuesta mayor.

La Alianza amplía su campo de operaciones

El Consejo Atlántico, formado por los ministros de Asuntos Exteriores de los 16 países miembros, confirmó ayer las conclusiones de su anterior reunión de junio en Oslo, donde se puso a disposición de la Conferencia para la Seguridad y la Cooperación en Europa para realizar operaciones de mantenimiento de la paz, y reiteró su disposición a ponerse también a las órdenes del Consejo de Seguridad de la ONU para el mismo tipo de misiones, aunque sea más allá de sus actuales límites de actuación.El comunicado del Consejo asegura que el Comité Militar ha realizado ya los estudios sobre los recursos y modalidades para realizar este tipo de tareas y más concretamente cuenta con planes de contingencia para los distintos tipos de misión que puedan efectuarse en la antigua Yugoslavia, tanto el control de la limitación de vuelos sobre Bosnia, como la creación de zonas de seguridad para la población civil. Los ministros hacen constar en las conclusiones redactadas al final de su reunión de ayer que "por primera vez en su historia, la Alianza toma parte en operaciones de mantenimiento de la. paz y en aplicación de santiones de la ONU".

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Sobre la firma

Lluís Bassets
Escribe en EL PAÍS columnas y análisis sobre política, especialmente internacional. Ha escrito, entre otros, ‘El año de la Revolución' (Taurus), sobre las revueltas árabes, ‘La gran vergüenza. Ascenso y caída del mito de Jordi Pujol’ (Península) y un dietario pandémico y confinado con el título de ‘Les ciutats interiors’ (Galaxia Gutemberg).

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