Una gran vía para el reinado de Felipe VI
El príncipe Felipe tiene ahora 24 años. En el 2020, cuando las previsiones del Plan General sean ya ladrillos, hormigón, asfalto y árboles, contará 52 años y estará, quizá, en pleno reinado. Los arquitectos, ingenieros, físicos, matemáticos e informáticos que han preparado el diseño urbanístico para el término municipal y su corona metropolitana trabajan para que se aprecien los resultados generales sobre esas fechas, aunque muchos se notarán antes. Por este motivo, el gran bulevar urbano que comunicará las distintas operaciones residenciales, comerciales y estratégicas asentadas entre la carretera de Barcelona y la de La Coruña se denomina entre ellos la Felipe VI.
La Felipe VI no es sobre el plano una autopista ni tampoco una autovía, aunque tendrá varios carriles en cada sentido. Su creación no dependerá del Ministerio de Obras Públicas y Transportes ni tampoco de la Comunidad, sino de los distintos ayuntamientos afectados. Al Ayuntamiento de la capital, de hecho, le toca construir un trozo pequeño, en su límite sureste con Rivas. Otros municipios ya la tienen programada en sus planes. La Comunidad coordinará su planificación.Rotondas y tranvías
La vía de Felipe VI nace en la N-II (Barcelona) a la altura de la futura ciudad aeroportuaria de Barajas, se traslada hacia el sur sorteando los ayuntamientos más poblados de la periferia madrileña, cruza en todo su recorrido la mitad inferior del municipio entre la M-40 y la M-50 y muere en la N-VI (La Coruña), en la conexión de Majadahonda.
La avenida medirá unos 55 kilómetros y tendrá un trazado definitivamente urbano, con cruces a nivel y rotondas cuando conecte con núcleos residenciales. Los pasos elevados solamente se proyectan para superar los obstáculos de las carreteras.
La futura gran avenida tendrá la anchura de la Castellana -unos 100 metros- y una mezcla de sus características con las de la calle de Arturo Soria (40 metros de ancho). Este bulevar, mayor que la distancia entre Madrid y Guadalajara, está pensado para facilitar el acceso entre las nuevas miniciudades y los poblados municipios del sur, pero también para permitir el paseo de sus habitantes, al concebirse como "gran vía parque urbano". La calzada en zig zag reducirá la velocidad de los coches. Además dotará a estos municipios de un transporte común.
El modelo elegido para este transporte está ideado, pero no concretado: será un tren ligero, un tranvía moderno o un ferrocarril monoviga, que discurrirá por la Felipe VI, a veces por un lateral y otras por el centro.
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