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Una escultura de Chillida de tres toneladas se instala en Roma durante una semana

'Lo profundo es el aire' se exhibe junto al templete renacentista de Bramante

Lo profundo es el aire, casi 1,5 metros cúbicos de granito rosáceo vaciado por Eduardo Chillida, viajó desde Zúrich, donde se halla habitualmente en depósito, a Roma. La operación, patrocinada por la Academia Española en Roma, ha costado dos millones de pesetas. La escultura se exhibirá sólo durante una semana y luego regresará a Suiza. El propio Chillida, que tiene una exposición estos días en una galería romana, supervisó la instalación de la pieza.

Lo profundo es el aire voló sobre el muro del patio de San Pedro en Montorio y permaneció suspendido junto al templete de amante. Una enorme grúa de metros sostuvo la pieza de s toneladas a la espera del escultor, pues, por exceso de puntualidad suiza, el camión que la Lía de Zúrich se adelantó al horario previsto.Avisado a la carrera, Chillida llegó a las nueve de la mañana del jueves pasado en un taxi. Quería que su obra fuera colocada en el eje de la puerta del patio y el templete, a mitad de camino, de modo que, desde la entrada, la perspectiva aplastasu mármol abierto contra las rmas cerradas de la primera alización arquitectónica del ,nacimiento.

Jorge Lozano, director de la ademia Española en Roma, yo legado incluye la obra que -amante construyó por encarde los Reyes Católicos, le excó que las numerosas parejas Le acuden a casarse en la iglei de San Pedro, separada de academia por el patio donde tela la escultura, lo hacen so-e todo por dos razones: disutar de una de las mejores viss de Roma y hacerse la foto novios junto el templete.

No le dijo que las relaciones tre las autoridades españolas i la capital italiana y los heranos menores de San Pedro i Montorio pasan por moentos delicados, debido a e, rompiendo con la tradin y la buena convivencia de nco siglos, el prior de los franscanos puso el pasado junio -manda por la propiedad del mplete. Pero Chillida no tiene nas de molestar a nadie. Incó otra posición más a la decha. La grúa, que al propio ;cultor se le antojaba como na pesadilla siempre asociadaa sus trab ajos, depositó el granito en el suelo y desapareció.

Chillida contempló, el conjunto clamorosamente heterogéneo formado en el patio y comentó: "Mi escultura está muy contenta. Es un gran honor para mí,, pero no sé si Bramante estará contento".

Vaciar montañas

Chillida, en cambio, sueña con ampliar él mismo a dimensiones gigantes naturales sus espacios ganados a la materia. Quiere vaciar una montaña, a sus 68 años. "La primera vezque me vino esa idea de tallar -una montaña pensé enseguida ,que, para mi edad, era demasiado. Pero luego me desperté una noche hacia las cuatro de la madrugada, y empecé a pensar: ¿por qué demasiado viejo? No hace falta, además, que sea yo el que corta el monte. La gente lo que quiere del monte es la piedra, y yo en cambio, el vacío que ésta deja. Todo es cuestión de llegar a un acuerdo. Lo dije, y me han ofrecido montes en Francia, en Finlandia, en Sicilia y hasta en Japón, pero todavía no he encontrado el que yo quiero", explica el escultor.Entre su obra y el templete no busca ningún punto de contacto. "Yo creo que la mía se defiende bastante bien", dice con ironía, "aunque, obviamente, las diferencias entre ambas son enormes".En cuanto a la elección de la escultura que ha traído a San Pedro en Montorio, reconoce que responde a la oportunidad: "Estaba en Zúrich en depósito, y cuando recibí la invitación de la Academia Española, me pareció la más accesible". Se trata de una obra realizada en homenaje a Jorge Guillén por la que siente especial apego.

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