Diputados ausentes
Con verdadero asombro contemplo la foto que ofrecía el hemiciclo del Congreso de los Diputados casi vacío, con apenas unos cincuenta padres de la patria ocupando los escaños, en el debate sobre los Presupuestos Generales del Estado para 1993.Es bochornoso y a la vez vergonzoso el absentismo que exhíben estos diputados, a los que los celtíberos les pagamos unos suculentos sueldos. Los novillos que realizan los diputados perturban la normal actividad de una institución inherente a la vida democrática, a la vez que deteriora la imagen del Parlamento.-
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