Esculturas vivientes

Cuando los dispositivos visuales acerca de la dinámica del cuerpo están adueñándose de casi toda la escena artística actual, y después de la progresiva y demoledora ampliación del concepto y de la práctica de la escultura llevada a cabo en los años ochenta, las obras de Gilbert & George vienen como anillo al dedo para ejemplificar, aunque muy a su manera, buena parte de estos recorridos sinuosos por la evolución de las artes contemporáneas y de la sensibilidad que, consecuentemente, las alienta desde lo más hondo. Además, los afortunados espectadores que asistieron a la rueda de prensa de la exposición o a su inauguración, pudieron contemplar en directo lo que queda del espíritu de las esculturas vivientes, esto es, Gilbert & George impávidos durante horas ante las personas que asisten sorprendidas a la perpetuación de una acción de orígenes claramente conceptuales.Organizada por el Haags Gemeentemuseum de La Haya, The Cosmological Pictures es un impresionante conjunto de 25 piezas realizadas en 1989 que, amén de constituir un bloque muy compacto, reúne algunos de los recursos expresivos más característicos y celebrados de la pareja británica. La idea inicial consiste en celebrar los acontecimientos producidos en Europa en el año de la realización de la serie, año en el que la idea de esa Europa parece cobrar una consistencia cada vez mayor, con un conjunto de obras que parecen centrarse en una concepción un tanto sui géneris de lo que es la vida moderna, sus registros y sus sentimientos, sin dejar de lado lo que ha constituido su repertorio figural habitual.En la obra de Gilbert & George seguimos detectando el mismo nivel de preocupaciones y de intereses que tanto les han caracterizado en estos últimos años la religión y sus dispositivos visuales y formales, el sexo y sus proyecciones fálicas, la escatología, la sensibilidad homosexual, el mundo de los efebos callejeros, la ausencia militante del mundo de la mujer-, todo ello vinculado a través de unas potentísimas estructuras estéticas que tanto remiten al orden compositivo de los vitrales medievales como a algún mecanismo visual de la publicidad más actual. Sometiendo todo a sus particulares códigos estéticos, compositivos y conceptuales, la obra de los artistas -aunque quizá deberíamos mirar como si se tratase sólo de uno- constituye uno de los pocos ejemplos, en la actualidad, de curso, es éste un elemento a tener la práctica de un arte que quiere muy en cuenta en la discusión ser popular y llegar a todo tipo acerca de las posibilidades del de sensibilidades y condiciones. arte contemporáneo por lo que a Como meta y como parte de su extensión receptiva se refiere.