Los 500 años
Nos acercamos al final de 1992, año en que los países altamente industrializados de Europa occidental han conmemorado el V Centenario del Descubrimiento de América, a través de la realización de fastuosos acontecimientos. Sin embargo, no se ha hecho una pausa para reflexionar sobre lo que han sido para América Latina estos últimos 500 años de su historia, que se iniciaron con el Descubrimiento; han sido también 500 años de transferencia y dependencia tecnológica, lo cual constituye la base material del subdesarrollo estructural que padece América Latina entera.Los países de la comunidad latinoamericana producen automóviles o electrodomésticos, pero el motor, que es lo más caro, y lo más sofisticado tecnológicamente, hay que importarlo del exterior. Cuanto más producen nuestras industrias, más necesidades de importación tienen, lo que conduce a una sangría de divisas, que el Estado trata de cubrir con emisiones inorgánicas; consiguientemente, déficit público, devaluación e inflación crean un círculo vicioso que conduce a la presencia de monstruosos desequilibrios económicos.
No es casual la aparición de procesos hiperinflacionarios en Bolivia, Argentina, Nicaragua y Perú; por estas. mismas razones, América Latina ha sido laboratorio de la ortodoxia, la heterodoxia, la ortoheterodoxia, el choque ortodoxo, etcétera. Por todo ello, y luego de 500 años de etnocidio y expoliación, pensé que el V Centenario sería conmemorado por los países altamente industrializados de la Europa occidental con la materialización de alguna reivindicación para los países de América Latina que se podría traducir en la condonación de la deuda externa, acabando con la discriminación en los términos de intercambio comercial en el seno del mercado mundial, o declarando los nuevos descubrimientos de la revolución científico-técnica como patrimonio de la humanidad; pero esto no ha sido ni siquiera tocado por los Gobiernos de los países desarrollados de Europa occidental.-
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