Inspectores de finanzas sostienen que la empresa de Juan Guerra ocultó 43 millones a Hacienda

Dos inspectores de Finanzas del Estado sostuvieron ayer, durante la segunda sesión de¡ juicio que se sigue en Sevilla contra Juan Guerra y sus socios, que la sociedad Fracosur S.A. ocultó al fisco un patrimonio de 43 millones de pesetas durante el ejercicio de 1989. El fiscal y la acusación particular desmontaron las dos tesis en que se basó la defensa para rechazar la existencia de los delitos de fraude fiscal y falsedad en documentos oficial y mercantil. El abogado de Guerra, Antonio Mates, sostuvo -apoyándose en un informe pericial- que Fracosur estaba sujeta al régimen de transparencia fiscal y que sus cuentas no ocultaban dinero a Hacienda.

Una pregunta de Manuel Fernández del Pozo, abogado de Izquierda Unida, cerró la sesión de la mañana, dedicada íntegramente a los informes periciales de dos inspectores de Finanzas del Estado y de otro aportado por la defensa a través de Severiano López Martín, economista y asesor fiscal. Inquirió Fernández del Pozo a López Martín: %Es posible que en los libros de Fracosur se hubieran hecho anotaciones para que cuadraran las cuentas y que esas anotaciones no correspondieran a hechos reales?". López Martín respondió con un "sí" rotundo, que dejó en evidencia su propia tesis.Juan Ignacio Llorente y Francisco Rodríguez Abarca, los inspectores de Finanzas del Estado, mantuvieron durante la sesión de ayer que Fracosur realizó varias operaciones millonarias de capital -de 1, 2, 3 y 37 millones de pesetas- durante 1989 que luego no reflejó en su contabilidad. Estos 43 millones suponen, según Hacienda, una cuota líquida de casi 13 millones de pesetas que Fracosur dejó de ingresar al fisco. De igual forma, los peritos de la acusación sostuvieron que, para que la empresa tributara en régimen de transparencia fiscal,- Fracosur debería haberlo hecho constar en su declaración del Impuesto de Sociedades, además de especificar el nombre de los socios a los que correspondía la obligación de pagar a Hacienda. Nada de eso hicieron. La sociedad de Juan Guerra sólo presentó ante Hacienda una declaración ordinaria del Impuesto de Sociedades.

El fiscal Alfredo Flores reforzó esta teoría haciendo constar ante el tribunal la existencia de una factura de 960.000 pesetas producto de la venta de las aceitunas de la finca La Carrascosa. Con ello quedó demostrado que Fracosur no era una simple sociedad de tenencia de bienes, sino que, por el contrario, su actividad mercantil era de explotación y con ánimo de lucro.

Contradicciones

La prueba pericial aportada por Severiano López Martín fue tan rotunda y gráfica -llegó a colocar en la sala una pizarra para explicar las cuentas-, como frágil a las preguntas de la acusación pública y privada.. Si Fernández del Pozo logró hacerle reconocer que se falsificaron las anotaciones de los libros, el fiscal Flores lo hizo caer en flagrante contradicción al interrogarle repetidamente por la existencia de recibos firmados por Juan Guerra.

El perito de la defensa basó su informe en la existencia de una' contabilidad sujeta a una única caja, sin cuentas bancarias, y mediante préstamos a terceros. Por contra, los peritos de Hacienda ampliaron el concepto de caja única al de tesorería, incluyendo en ésta la cuenta comente del Monte de Piedad de Sevilla de la que salieron los fondos utilizados por Fracosur. Es curioso que los titulares de esta cuenta no sean ni Juan Guerra ni sus socios José María Ramos Reina, Carlos Pulido o José Antonio Bellamy, sino María Isabel García Valverde, entonces compañera sentimental de Guerra sin relación legal con Fracosur.

El juicio cubre hoy su tercer día con la declaración de testigos, entre ellos María Isabel García Valverde. Fuentes del caso advirtieron ayer que podría no presentarse, aludiendo razón de parentesco.