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Lucha, entre hermanos en la nacion kurda

Diferencias ideológicas debilitan el nacimiento de un Estado independiente

Los helicópteros sobrevuelan constantemente el sureste de Anatolia, a lo largo de la frontera con Irak. Carros de combate, vehículos de transporte de tropas y piezas de artillería están apostados junto a las carreteras. Los controles de la Gendarmería (Ejército) son constantes. Localidades como Silopi, Cizre y Sirnak están tomadas por los blindados.

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El amplio dispositivo militar forma parte de la operación del Ejército turco, que intenta aniquilar al enemigo número uno del régimen de Ankara: el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK), que pretende la creación de un Estado independiente kurdo. Los generales y los líderes políticos turcos proclaman en los medios de comunicación que la primera parte del operativo, llevado a cabo recientemente en el Kurdistán iraquí y que supuso la invasión en toda regla del norte de Irak, ha sido un éxito rotundo y ha servido para desmantelar las bases de la retaguardia del PKK, desde las que organizaba y perpetraba los ataques en territorio turco, El Consejo de Seguridad Nacional anuncia que los 20.000 soldados que regresaron de Irak se incorporan a las operaciones en las montañas del Cudi.La situación desde la otra parte de la frontera se ve de un modo totalmente distinto, no sólo porque disminuye considerablemente las abrumadoras cifras de bajas en las filas del PKK difundidas por el régimen de Ankara, sino porque, en todo caso, la medalla de tal victoria militar habría que concedérsela a los pershmerga kurdos leales al Gobierno del Kurdistán iraquí. Fueron estos últimos los que combatieron en octubre pasado contra los guerrilleros del PKK, en lo que se dio en llamar la guerra entre kurdos. "Hubo víctimas por ambas partes, pero en Turquía se ha exagerado. el número de muertos", dice en su despacho en Arbil el viceministro del Interior de Kurdistán, Ahmed Shareef. "El PKK nos impuso el enfrentamiento. Amenazaban a los camioneros que transportan mercancías a Kurdistán, con lo que de hecho nos vimos sometidos a un tercer embargo, tras el de la ONU a Irak y el que nos aplica Sadam Husein. Por otra parte, los campesinos de los pueblos del norte de Irak arrasados por Sadam que intentaban reconstruir sus casas n o podían hacerlo porque el PKK instaló allí sus bases". La guerrilla controlaba una gran franja en el norte de Irak, que incluía 328 localidades, donde pretendía nombrar "autoridades revolucionarias del pueblo", en abierta rebelión contra el Parlamento y el Gobierno de Kurdistán.

Ultimátum desoído

Shareef se reunió personalmente con varios líderes del PKK antes del estallido de las hostilidades entre kurdos. "Enviamos delegaciones al valle de la Bekaa [Líbano], donde tienen su cuartel general. Les pedimos por favor que dejaran de utilizar nuestro territorio para atacar a Turquía. Les dimos un ultimátum y no nos hicieron caso". El viceministro kurdo del Interior se abstiene de calificar al PKK, acusado de terrorista por el Gobierno de Ankara -"corresponde al pueblo kurdo de Turquía definirse sobre el PKK", señala-, pero no rehúsa emitir una declaración inequívoca: "Nosotros estamos contra el terrorismo y a favor de la democracia. No somos separatistas, porque nos consideramos parte de Irak".Más duro y explícito hacia el PKK es Jalal Talabani, máximo dirigente de la Unión Patriótica de Kurdistán (UPK), que comparte el Gobierno con el Partido Democrático de Kurdistán (PDK) de Masud Barzani. "El líder del PKK [Abdulá Ocalan] no es un político maduro. Ocalan es un hombre con actitudes muy reaccionarías. No cree en la lucha de masas. Se considera capaz de combatir él solo contra el mundo. Este hombre, como dictador, no entiende la realidad de nuestro tiempo, de este siglo". Abdulá Ocalan, Apo (Tío), como le llaman sus seguidores, es el fundador del, PKK, que dirige a sus tropas desde su base en Líbano gracias al apoyo sirio. Iniciativa 'peshmerga'

Cuando las tropas turcas cruzaron la frontera, los peshmerga ya habían desalojado al PKK de sus bases al norte de Irak. "Esta guerra estaba en manos del Gobierno kurdo y no del Gobierno turco. El Ejército de Turquía entró al final, esencialmente para hacer una demostración de fuerza y dar moral a sus soldados. Nunca les pedimos que vinieran. No creo que el PKK fuera a rendirse nunca ante el Ejército turco como lo hizo con nosotros. Sabían que se entregaban a sus hermanos", dice Shareef.

"El PKK se rindió y aceptó las dos condiciones de las autoridades kurdas de Irak: compromiso de no atacar a Turquía desde el norte de Irak y traslado de los combatientes a zonas alejadas de la frontera. Se comprometieron a respetar este acuerdo y a nuestro pueblo". Unos 1.500 guerrilleros han sido instalados en un campamento en una zona montañosa, en Zaleh, de muy difícil acceso, especialmente en invierno, cerca de la frontera con Irán. "Había sido mi cuartel general entre 1.982 y 1988", explica Jalal Talabani. "Les he dado mi casa, nuestros hospitales, nuestros edificios. Les hemos procurado tiendas, mantas, alimentos y medicinas. Sólo les hemos pedido que se. comporten como nuestros hermanos y no como nuestro enemigo". Muchos conservan sus armas "para su protección".

Cualquier atisbo de duda sobre el trato respetuoso que reciben los guerrilleros del PKK que se rindieron a los peshmerga del norte de Irak queda despejado rotundamente en el hospital Ferkrdin de Arbil. Los heridos, con piernas y brazos escayolados, vendajes y muletas, se mueven afanosamente por la. sala preparando el acto de celebración del 150 aniversario de la constitución del PKK , que se cumple estos días. Todos son varones, muy jóvenes -entre 16 y 21 años la práctica totalidad-, nacidos en el Kurdistán turco.

El viceministro kurdo del Interior subraya que los guerrilleros se sentían avergonzados cuando se rindieron a los peshmerga iraquíes. "Reconocían que se equivocaron", dice. Hasta cuándo durará el acuerdo firmado entre el Gobierno kurdo y el PKK es una incógnita. En Arbil aseguran que no queda ninguna base guerrillera en el norte de Irak. "Tenemos que fortalecer el acuerdo y esperar que serán lo suficientemente inteligentes para no intentar combatirnos de nuevo. Si lo hacen, serán derrotados otra vez. No queremos verter la sangre de los kurdos", manifiesta Jalal Talabani.

El conflicto con el PKK es algo más que una cuestión incómoda para lo naciente estructura nacional kurda en el norte de Irak. La simpatía hacia los hermanos kurdos de Turquía e Irán -sólo les separa una línea llamada frontera- no hace olvidar al joven Gobierno de Arbil que los kurdos de Turquía "tal vez quieren ir en otra dirección", como dice de. manera diplomática Ismail Mahmud, miembro de la dirección del PDK en la ciudad de Aqra. Más claramente, el PKK, cuyo objetivo final es un Estado kurdo para todos los kurdos, sean de Turquía, Irak, Siria o Irán, no es el compañero más recomendable cuando se pretende evitar ser enemigo y objetivo de Ankara, Bagdad, Damasco y Teherán al unísono.

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