Tropas leales a Pérez toman la base aérea rebelde

El último gran foco rebelde en la base aérea Libertador de Maracay fue reducido por las Fuerzas Armadas leales al presidente Carlos Andrés Pérez el viernes por la tarde. Los cabecillas golpistas huyeron en un avión Hércules C-130 a Iquitos, Perú, horas después de iniciar la asonada cívico-militar. Sin embargo, poco después de que Pérez declarara a Radio Nacional de España que la situación era "absolutamente normal", un helicóptero civil, supuestamente en manos de policías metropolitanos desertores, sobrevoló el palacio presidencial de Miraflores. Se oyeron varios disparos, pero su procedencia no se ha precisado.

El número total de víctimas de los enfrentamientos asciende a un mínimo de 50 muertos, según versiones próximas al Gobierno. Fuentes no oficiales hablan de un centenar. Por otro lado, 15 presos de la cárcel de Catia en Caracas que se amotinaron el viernes, aprovechando la confusión creada por la rebelión militar, también resultaron muertos en su intento de huida.El Gobierno de Carlos Andrés Pérez no ha arrestado a todos los rebeldes que intervinieron en la asonada. La televisión informó ayer que una cuarentena de agentes de una brigada de choque de la policía metropolitana, desertaron el viernes, y se llevaron consigo todo su armamento.

La principal base aérea militar de Venezuela se había convertido en el centro fundamental de las operaciones de los rebeldes que mantuvieron en jaque al Gobierno de Pérez. Desde allí despegaron los Mirage y los Broncos que sobrevolaron Caracas durante más de 10 horas sembrando terror y bombas en los edificios públicos. En total, el Gobierno derribó siete aviones rebeldes el pasado viernes.

La recuperación de la base Libertador, en la que intervinieron 16 tanques y tropas de la Guardia Nacional, dejó un saldo de 13 muertos entre rebeldes y leales, 40 heridos y 1.000 arrestados, que resistieron la ofensiva de la Guardia Nacional hasta entrada la noche del viernes. Antes de ser derrotados, el cabecilla de la toma de la base de Maracay, el general de Aviación Francisco Visconti Osorio, escapó en un Hércules C-130 a Perú junto con otro 92 militares. Los rebeldes tomaron como rehén al general Fernando Paredes Niño, jefe de la base Libertador.

Los 93 militares rebeldes venezolanos aterrizaron por la noche en la zona amazónica peruana de Iquitos, donde solicitaron asilo político al Gobierno del presidente Alberto Fujimori.

Al parecer, dos aviones Mirage y un Bronco huyeron hacia la isla holandesa de Aruba, pero este extremo no ha sido confirmado oficialmente.

El número de militares que participaron en el golpe cívico militar contra el Gobierno de Pérez es bastante más elevado de lo que parecía en principio e incluye representantes de las cuatro armas. La prensa local ha publicado que los comandantes de la asonada fueron 10 altos oficiales: el contralmirante Hernán Gruber Odreman, el general de Aviación Francisco Visconti Osorio, el contraalmirante Luis Cabrera Aguirre, y otros siete mandos de menor graduación. Todos ellos, a excepción de Visconti, que huyó a Perú, se han rendido,

Caracas amaneció ayer en relativa calma bajo el toque de queda y la suspensión de garantías constitucionales, pero durante la noche del viernes y la mañana del sábado se oyeron disparos en los barrios populares. Tampoco hubo calma en Miraflores, el Palacio de Gobierno y su área adyacente. En las zonas marginales de Caracas se volvieron a producir saqueos y tiroteos, a pesar de la vigencia del toque de queda.