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Los laboristas irlandeses exigirán que se cree empleo y se aumente el gasto

Enric González

El Partido Laborista (PL), nuevo eje de la política irlandesa, señaló ayer su primera condición para participar en el Gobierno o, al menos, apoyarlo: aumento del gasto público y prioridad del crecimiento económico, por encima de las anteriores cautelas monetaristas. La influencia ganada por los laboristas en las elecciones del miércoles marcará, sin duda, la posición irlandesa en la próxima cumbre comunitaria de Edimburgo. El primer ministro en funciones, Albert Reynolds, se verá obligado a unirse al coro de voces que reclaman una política de crecimiento y creación de empleo en la CE.Distintos dirigentes del Fianna Fáil, que se mantiene como principal partido, pero pierde posiciones, acusaron ayer al PL de favorecer "un crecimiento exagerado del endeudamiento público" que "rompería los topes establecidos en el Tratado de Maastricht". Los laboristas, sin embargo, reafirmaron su apoyo a Maastricht -ya aprobado por Irlanda en un referéndum celebrado en junio- y dijeron que el tratado permite a cada país comunitario "una gran flexibilidad" en cuanto al endeudamiento del Estado.

"Nuestra posición se identifica con la nueva ortodoxia comunitaria, representada tanto por la presidencia semestral británica como por el presidente de la Comisión, Jacques Delors", dijo el diputado laborista Joe Costello. "Las ideas que emergen en la CE ya no apuntan hacia la austeridad y el monetarismo".

El líder laborista, Dick Spring, intentaba mientras tanto calmar la euforia de su partido. Los laboristas han pasado de 16 a 30 diputados, pero están aún por detrás del Fianna Fáil (74) y el Fine Gael (46). "Nuestro objetivo principal es conseguir una coalición dé gobierno que esté dispuesta a aplicar los puntos básicos de nuestro programa; hay que discutir con todos y poner las ideas por encima de las personas", manifestó.Opciones de coalición

Todas las opciones de coalición permanecen abiertas, pero el Fianna Fáil y los laboristas se dirigían ayer señales de hostilidad mutua. De no conseguirse una coalición amplia en la que el programa laborista tuviera cabida, habría que pensar en unos meses de gran inestabilidad y unas nuevas elecciones generales dentro del próximo año.

La inestabilidad parece asegurada en lo que se refiere al aborto. El triple referéndum celebrado de forma simultánea a las elecciones arrojó un fuerte rechazo contra la legalización parcial del aborto (69,5% de noes), pero admitió el derecho a viajar al extranjero para interrumpir el embarazo (62% de síes) y el derecho de los irlandeses a recibir información sobre servicios extranjeros relacionados con el aborto (59% de síes).

Los laboristas señalaban ayer que estos resultados eran contradictorios y culpaba de ellos a la torpe redacción de las preguntas y a la impopularidad del Fianna Fáil.

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