Bangemann propone la desaparición de 50.000 empleos
El plan de reconversión de la siderurgia española no podía llegar en peor momento, según la mayor parte de los expertos comunitarios. Los ministros de Industria tuvieron que escuchar ayer las propuestas del comisario de Industria, Martin Bangemann, de asignar ayudas especiales comunitarias para la eliminación de 50.000 puestos de trabajo de los 380.000 con que cuenta el conjunto de la industria siderúrgica europea, con el objetivo de disminuir la capacidad productiva. Este es el contexto en el que las autoridades españolas solicitan la aprobación de las ayudas públicas para inversión en nuevas instalaciones.Dentro de este corte hay que contabilizar los 10.000 puestos que desaparecen con la reconversión de la siderurgia integral, los aproximadamente 2.500 de aceros especiales (Sidenor), y otros 2.500 de aceros comunes. En total, los puestos de trabajo perdidos por la siderurgia española son 15.000, es decir, el 30% del plan de reducción. Las ayudas financieras para las jubilaciones anticipadas se calculan en unos 900 millones de ecus (126.000 millones de pesetas). La Comisión propone que salgan del fondo de reservas o de la CECA (Comunidad Europea del Carbón y del Acero) y de los fondos estructurales de la CE.
Los precios
Según la patronal europea Eurofer, la coyuntura desfavorable que atraviesa la siderurgia europea se debe a un descenso del consumo interno por el estancamiento económico, al exceso de capacidad productiva del conjunto, de la industria a nivel mundial, al crecimiento de las importaciones de los países del Este en condiciones de dumping, y a la actitud defensiva de la siderurgia norteamericana. Los efectos sobre los precios son de una caída media del 20%, que llega hasta el 30% en los productos largos.
La Comisión asegura que la crisis tiene un caracter estructural y propone un plan de medidas de defensa comercial, un conjunto de medidas de estímulos a la reconversión y de apoyo a las cargas financieras que ocasione a las empresas. La mayor parte de las medidas, al ser compatibles con la legislación comunitaria, no necesitarán ni tan siquiera la aprobación del Consejo de Ministros, como es el caso del plan español, que requiere la aprobación por unanimidad.
Aunque una parte de los ministros de Industria comunitarios debatió el plan español en el contexto del Plan Bangemann, Aranzadi insistió en separarlos y aseguró que no hay incompatibilidad alguna entre ambos. "Nosotros planteamos una reducción, de capacidad productiva que corresponde a los términos del Plan Bangemann".
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