Fujimori obtiene una escasa mayoría en Perú
La escasa mayoría conseguida por la lista Nueva Mayoría-Cambio 90 en la elección para el Congreso Constituyente Democrático (CCD) significa una advertencia para el presidente de Perú, Alberto Fujimori, de que su popularidad está en declive y que no cuenta con un cheque en blanco para elaborar una nueva Constitución a su medida. Los resultados de la elección del domingo parecen indicar que la lista fujimorista contará con cerca de 40 escaños, que le darían la mayoría absoluta en el nuevo CCD. Fujimori quiere someter a consulta popular una ley sobre la pena de muerte y la reelección presidencial.
El nuevo CCD se constituirá antes de fin de año. El porcentaje de votos conseguido por Nueva Mayoría-Cambio 90 rebasó apenas el 38%. Esto resulta más bien escaso para un presidente que se preciaba de contar con una aprobación popular de hasta el 90%.Fujimori declaró ayer en conferencia de prensa que los temas como la implantación de la pena de muerte contra terroristas y la reelección presidencial deberán decidirse en consulta popular y no bastará con la posición que adopte el futuro CCD porque podría actuar movido por intereses particulares. "No por el hecho de ser un congreso autónomo, se tiene la plena seguridad de que todo está dentro de estas normas. Lo he visto personalmente con el anterior Congreso, cuando se mueven intereses de grupos o personales".
El cabeza de la lista fujimorista, Jaime Yoshiyama, un ingeniero de 48 años, que será la voz del presidente en la nueva Asamblea, no consiguió capitalizar la popularidad de Fujimori por su falta de arrastre popular. El resultado del domingo indica también que el electorado peruano ha marcado en las urnas un límite a Fujimori, quien no podrá arrogarse la representación de la casi totalidad de la población.
En'una elección sin apenas contrincantes de peso, por la ausencia de los partidos tradicionales como el Apra, del expresidente Alan García y Acción Popular del ex presidente Fernando Belaúnde, sin el Movimiento Libertad de Mario Vargas Llosa y sin los principales grupos de izquierda, la lista fujimorista no ha llegado a un 40% del voto popular.
El segundo clasificado en la elección del pasado domingo fue el partido del rechazo. La cantidad de votos blancos, nulos, o viciados con escritos y garabatos alcanzó un 22,7%. Este porcentaje se considera un 8% por encima de lo habitual en Perú y ha sido el más alto en los últimos 60 años.
En votos efectivos, la segunda lista más votada, a larga distancia de los fujimoristas, fue la del Partido Popular Cristiano (PPC), el único de los tradicionales que concurrió a los comícios. El PPC consiguió un 7,7% de votos populares y ocho esca¡íos en el CCI). El Frente Independiente Moralizador (FIM), dirigido por un singular personaje, el diputado del suspendido Congreso Fernando Olivera, sacó siete escaños con el 6,2% de votos, populares.
En la agrupación derechista Renovación, 5,5% y seis esca¡íos, podría encontrar Fujimori, en caso necesario, el apoyo de votos en el CCD. Renovación es una creación de Rafael Rey, un joven del Opus Dei, disidente del Movimiento Libertad de Vargas Llosa, que no se plegó a la consigna abstencionista y se presentó a las elecciones como partidario de un apoyo crítico a Fujimori
.Coordinadora Democrática, dirigida por José Barba, un disidente del Apra, senador en el Congreso clausurado el 5 de abril, llegó al 4,8% de votos y obtuvo cinco escaños. La única lista de izquierda, el Movimiento Democrática de Izquierda (MDI), alcanzó el 4,1% y contará con cuatro escaños.
El nuevo escenario político surgido en Perú tras la elección del domingo pone de manifiesto que Fujimori cuenta con un máximo del 50% de apoyo expreso de la población. Este dato palpable es la primera constatación de la fuerza política real de Fujimori tras su fujigolpe del pasado 5 de abril. Este apoyo de un máximo de la mitad del país impone de forma casi obligada una concertación a la hora de elaborar la nueva Constitución. Ésta será la primera tarea que deberá afrontar el CCI), además de legislar y fiscalizar los actos de gobierno.Pena de muerte
Sobre la posibilidad de aplicar la pena de muerte a Abimael Guzmán, condenado ya a cadena perpetua por un tribunal militar de jueces sin rostro, Fujimor¡ declaró que desearía poder fusilarlo, peró la pena de muerte no se puede aplicar con carácter retroactivo.
No obstante, aseguró Fujimor¡, ante la pregunta de si se le podría aplicar la pena de muerte a Guzmán como autor intelectual de futuros delitos de terrorismo, respondió: "¡Pero, por supuesto! Eso es lo que he sostenido. De ocurrir atentados criminales y una vez aprobada la ley en la que se establece la responsabilidad política de estos crímenes, a posterior¡ de la promulgación de la ley, entonces es perfectamente aplicable. Yo, por supuesto, la aplicaría".
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