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Problemas de convivencia

Director: Barbet Schroeder.Guionista: Don Roos. Fotografia: Luciano Tovoli. EE UU, 1992.

Intérpretes: Bridget Fonda, Jennifer Jason Leigh, Steven Weber. Estreno Madrid: Capitol, Parque Sur, Vaguada, Multicines Alcalá, Fuenlabrada, Las

Rozas, Pozuelo e Ideal (Versión oníginal)

Allison Jones es una joven experta en informática que comparte un piso en Nueva York con Sam Rawson, su compañero sentimental, pero el descubrimiento de una infidelidad pone fin a su relación. Allison no quiere vivir sola, busca una compañera para compartir su piso y finalmente se decide por Hedra Carlson, una tímida joven que trabaja en una librería.Tras este planteamiento, comienzan los problemas de convivencia. Cada día crece la admiración de Hedra hacia Allison, empieza a usar su perfume, su vestuario, y un buen día incluso se corta el pelo y se lo tiñe del mismo color que ella. Las cosas empeoran cuando Allison vuelve con Sam Rawson y no saben cómo deshacerse de Hedra.

Hijo de un geólogo, el productor y director Barbet Schroeder viaja por medio mundo, pero se educa en París. Allí funda en 1974 su famosa productora Los Filmes de Losange, con la que financia, entre otras, Los cuentos morales, de Eric Rolimer; La, mamá y la puta (1973), de Jean Eustache; Celine y Julie van en -barco (1974), de Jacques Rivette. En 1969 también debuta como realizador con More, y durante 15 años rueda media docena de títulos en Francia, entre los que destaca el documental General Idi Amin Dadá (1974).

Su carrera norteamericana comienza con El borracho (1987), a la que siguen Elpoliciaco y El misterio Von Bulow (1990). Y continúa en Mujer blanca soltera busca, su película más ambiciosa.Caminos muy trillados

No es dificil encontrar en Mujer blanca soltera busca reminiscencias de grandes películas como El sirviente (1963), de Joseph Losey; Persona (1966), de Ingmar Bergman, y La semilla del diablo (1968), de Roman Polanski, en la medida que las tres giran en torno a diferentes problemas de convivencia y revelan mundos muy personales. Pero los años sesenta y su consagración del denominado cine de autor quedan muy lejos, y Barbet Schroeder no ha podido o no ha querido seguir por el mismo camino.

De forma que tras un planteamiento de gran interés,Mujer blanca soltera busca cambia poco a poco de dirección para transitar por caminos más trillados, más fáciles, bastante menos personales y más de moda

El proceso de vampirismo se detiene cuando parece que, para no quedarse sin amiga y sin casa, Hedra va a intentar quitarle su pareja a Allison. Posibilidad que, bien desarrollada, habría dado lugar a una segunda parte tan interesante como la primera. Pero en ese momento, en el que se descubre que Hedra tiene fuertes dificultades psicológicas, la película pierde verosimilitud e interés para convertirse no en una producción de terror más, en la medida que su realización está muy cuidada, pero sí para moverse dentro de las coordenadas habituales del género.

Dentro del conjunto, destaca la presencia de dos jovencisimas e interesantes actrices: Bridget Fonda, que encarna a la apacible Allison, hija de Peter Fonda y nieta de Heriry Fonda, y Jennifer Jason Leigh, hija del desaparecido actor secundario Victor Morrow, que encarna a la enferma Hedra. Tanto una como otra logran infundir una gran fuerza a sus respectivos personajes y crear un apasionante duelo interpretativo.

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