El buen salvaje
Alejandro Casona era un pedagogo republicano y reformista: de ahí salió su obra más famosa, Nuestra Natacha, y una continua preocupación por el tema. En La tercera palabra planteó a medias el tema de Segismundo o, un poco más cerca de sus preocupaciones, el del buen salvaje de Rousseau. En este caso: el muchacho crecido en la montaña, sin aprendizaje más que rústico; y el de la decepción de su padre por su madre. La maestra le enseña a leer; y cae en el mundo y sus decepciones. A esta doctrina pesimista se suman otras acciones: el malvado administrador y su hijo, el abogado, roban la riqueza de la familia, y el salvaje aprende tanto que descubre la trampa; y está también, tercera palabra, el amor: por su maestra. Los malos huyen, el amor triunfa, el pecado se olvida...Todo demasiado rápidamente. Teatro antiguo, con 40 años: y con una ingenuidad de otros tiempos, un idealismo republicano y una cursilería notable. Supongo que Pedro Mari Sánchez ha elegido esta obra por el papel de actor y el de joven actriz; tal vez porque le parezca importante. La verdad es que ha hecho otros mejor; y que otros hará, como sucede con sus compañeros de escena. Que tuvieron, no obstante, un gran éxito de estreno.
La tercera palabra
Alejandro Casona (1953). Director: Pedro Mari Sánchez. Intérpretes: Pedro Mari Sánchez, Mayrata O'Wisiedo, Sonsoles Benedicto, Flora María Álvaro, Alberto Alonso, Vicente Gascón, Manuel Brieva y Antonio Iranzo. Escenografía y figurines: Alfonso Barajas. Centro Cultural de la Villa de Madrid, 19 de noviembre.
Babelia
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