Ley de vida
¿Recuerdan ustedes la película Eva al desnudo? Pues eso. Ésta es la comedia que escribió Mary Orr antes que la película y que el musical (Applause), después de la novela corta. Estas comparaciones no son buenas para el reparto. Bette Davistiene un mito, el suyo propio, especialmente radiante en aquella película y aquella época (1950), y Lola Herrera tiene el suyo propio, especialmente en lo que fue Cinco horas con Mario: no coinciden. Tampoco el de la adaptación de Arteche y la forma de dirección de Ángel García Moreno, que tienden más hacia lo cómico. Todo, claro, para una mayor satisfacción del público, más bien de una cierta edad -hablo del viernes por la tarde- y con el fantasma de las jubilaciones en medio.Así, al mismo tiempo que lanzan una ojeada sobre lo que se supone que es el mundo del teatro por dentro -la soberbia, la vanidad, la soledad- meditan también sobre lo que solemos llamar ley de vida, que es la ley de sucesión, o de la alternancia de las generaciones. También se ve que la muchachita suplantadora -Natalia Dicenta- es de una gran maldad -una lagartona, como se suele decir de estas intrusas en el lenguaje conyugal-; pero que al final cada mujer se queda con su marido, como debe ser -como era hace medio siglo. Hoy...- y la lagartona empieza su camino de soberbia y angustia solitaria, en el que apunta ya la ley de sucesión: la nueva malvada que se va a introducir en su vida.
A toda luz
De Mary Orr, Versión: Juan José de Arteche. Intérpretes: Lola Herrera, Natalia Dicenta, Francisco Piquer, Ana María Barbany, Pepe Lara y Álvaro Ramos. Iluminación: José Luis Rodríguez. Escenografía: Ton¡ Cortés. Dirección: Ángel García Moreno. Teatro Príncipe, Madrid, 13 de noviembre.