Sin desperdicio
Rosario ha creado, con la ayuda de su hermano Antonio, compositor de sus canciones, una música y una imagen que en nuestro país existe potencialmente, pero que nadie ha sabido fusionar con tantas vertientes diferentes. Desde el escenario dejó clara la intención y la fuerza que tiene para transmitir con el público a través de su propia imagen. Mi gata, Sabor sabor, De ley, parecen sólo el preludio de una artista que ha encontrado su propia personalidad explotando las ventajas que indudablemente tiene ser gitano para este arte. Hacerse acompañar por Raimundo Amador a la guitarra española junto a otros nueve músicos resulta toda una valentía, y más atreverse a fusionar sobre una base de flamencopop estilos como el blues, el rock, el soul, el reggae y todo lo que se le pase por la cabeza.El sonido no consiguió la calidad que la sala Aqualung permite -alguna distorsión estuvo rondando en ocasiones la molestia-, pero el buen hacer superó con creces esos momentos. Rosario sabe plantear un espectáculo, tiene el atractivo de si¡ voz y la inteligencia para añadir al cóctel su personalidad, convirtiendo la mezcla en algo completo y explosivo. Su madre, Lola Flores, no se perdió ni un segundo, y quedó patente la facilidad que tiene su hija para las simpatías del público.
Rosario
Rosario Flores (voz), Eric Dewit (guitarra eléctrica), Juan Maya (guitarra española), Raimundo Amador (guitarra flamenca), Pablo Salinas (teclados), Antonio Ramos y Fernando Illán (bajos), Laurent Castagnet (batería), Chavi Turrull (percusión), Charo Manzano y Maite Pizarro (coros). Sala Aqualung Universal. Lleno. Precio: 1.000 pesetas. Madrid, 10 de noviembre.
Rosario es paría la música española imprescindible. No tiene desperdicio.
Babelia
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