Muere en Roma el historiador del arte Giulio Carlo Argan
Fue militante comunista, alcalde de Roma y senador
Giulio Carlo Argan, el historiador del arte que ha influido en la crítica italiana e internacional del último medio siglo, falleció anoche en Roma repentinamente. Nacido en Turín, tenía 83 años y algunos problemas de salud vinculados a la edad que no le impedían una vida normal. Ayer mismo, por la mañana asistió al ingre so en la Accademia del Lincei de Alfonso Pérez Sánchez, el ex director del Museo del Prado, y por la noche estaba invitado a cenar en la residencia del embajador español, Emilio Menéndez del Valle. Pero llamó a media tarde diciendo que no asistiría porque estaba indispuesto.
Su muerte fue anunciada al filo de la media noche. "`Estoy anonadado, piense que me encuentro aquí por invitación suya es como un mazazo", manifestó Pérez Sánchez -cuyo ingreso en los Lincei fue a propuesta de Argan-, tras conocer la triste noticia por vía de este diario. "Por la mañana le encontré muy cansado. Tenía mala cara. Me dijo que en ese momento no se podía entretener y se despidió hasta la cena de la noche", añade el catedrático español, que desde ayer se sienta junto a Witold Gombritz en la academia vecina al Tíber.Los expertos destacan en el conjunto de la obra de Argan sus ensayos sobre el barroco , como escribió sobre el Borro mini. Hizoanálisis apasionados, como los que dedicó a Tápies.
Viejo partisano, militó en el Partido Comunista Italiano (PCI) y, aunque celoso de autonomía y libertad, fue alcalde de Roma, entre 1976 y 1979, y senador a partir de 1981. Declinó presentarse a las últimas elecciones en abril, que fueron las primeras en las que las siglas del PCI no compitieron.
La conservación de Roma no se alejó de sus pensamientos. Preguntado por su posición en la polémica sobre si los edificios de la Ciudad Eterna no están siendo restaurados en tonos demasiado claros, Argan contestó que, dada la degradación de muchos de ellos, lo urgente es que al menos se restauren aunque no sea del mejor modo.
Argan tuvo una estrecha relación con España, donde pronunció sus últimas conferencias en el Museo del Prado en 1991, sobre Miguel Angel y Leonardo. Y en los últimos dos años, había colaborado con la Academia Española en Roma, de cuyo director, Jorge Lozano, había aceptado la propuesta de pronunciar la lección inaugural del curso. La cita, ahora fallida, era para el próximo 17 de noviembre y Canova y Goya: opuestos contemporáneos el tema elegido.
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