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Nacionalistas catalanes y vascos, plantean un nuevo pacto de Estado para rediseñar el mapa autonómico

Luis R. Aizpeolea

El Partido Nacionalista Vasco (PNV) y Convèrgencia i Unió (CiU) creen necesario un nuevo pacto de Estado para el País Vasco y Cataluña que aborde el "hecho diferencial de ambas autonomías" una vez que el proceso de descentralización para el resto de las comunidades autónomas ya está muy avanzado, tras la firma del pacto autonómico del pasado mes de febrero. Jordi Casas, representante de CiU, opina que "es necesaria una segunda transición política y una relectura de la Constitución". Iñaki Anasagasti, portavoz del PNV en el Congreso, insiste en que el Gobierno debe asumir con "valentía" el reto de buscar un nuevo encaje de las nacionalidades que tuvieron estatuto de autonomía durante la República.

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Ayer, en Vitoria, el PNV culminó su campaña de reivindicación de nuevas trasferencias advirtiendo al Ejecutivo de Madrid que si persiste la sequía unirá sus fuerzas a la del resto de partidos nacionalista. Después de una semana en la que ha amenazado con ejercer incluso el derecho de autodeterminación, el portavoz del PNV, Joseba Egibar, declaró que si al final se constata un frenazo en la culminación del proceso de trasferencias, "nosotros no nos vamos a lamentar permanentemente, lo decimos claramente", informa ."Sabemos que en este momento la dificultad no es tanto técnica como de voluntad política", agregó Egibar. "Nosotros sabemos que tenemos puntos coincidentes con otros partidos nacionalistas de este país y la estrategia puede ser perfectamente común".

A ese respecto hablaron también ayer el secretario general de Eusko Alkartasuna (EA), Inaxio Oliveri, y el de Euskal Ezkerra (EUE), Xabier Gurrutxaga. Ambos coincidieron en que el PNV mantiene un doble lenguaje que "está haciendo mucho daño a este país".

Anasagasti, por su parte, opina que "el enfoque administrativista que el Gobierno hizo, en su momento, con el café para todos, fue un juego de aprendiz de brujo que abrió una caja de Pandora que ahora no hay quien cierre" y Casas coincide con el portavoz vasco en que "el Gobierno tiene que afrontar con las nacionalidades históricas la resolución definitiva del problema".

Los dos partidos nacionalistas tradicionales pretenden aclarar su posición ante la proliferación de reivindicaciones regionalistas en España en los últimos meses, particularmente en Aragón y Canarias, así como el ascenso de los partidos regionalistas en el conjunto de España. El presidente del Gobierno, Felipe González; el ministro para las Administraciones Públicas, Juan Manuel Eguiagaray; el titular de Cultura, Jordi Solé Tura, y Don Juan de Borbón, padre del Rey, han expresado recientemente su preocupación por el nuevo fenómeno.

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González manifestó el pasado domingo en la entrevista de EL PAÍS que "el único riesgo que vive el país no es de desagregación social, sino territorial". Solé Tura afirmó ayer en Barcelona:

"El riesgo de desagregación territorial en España procede sobre todo de que sólo hay un partido, el PSOE, uniformemente implantado en toda España". " Frente al PSOE", dijo, "no hay otra fuerza con presencia en toda España, sino unos partidos con intereses territoriales diversos", informa Enric Company.

El ministro añadió que el fuerte proceso de distribución del poder en la España de las autonomías acabará configurando un modelo federal, o casi. Solé Tura explicó: "Los países en los que el federalismo funciona bien tienen un sistema de partidos que defienden los mismos criterios en todo el Estado. Eso no sucede en España. El riesgo de desagregación no proviene, en mi opinión, de hipotéticos avances del PNV o CIU, sino de la inexistencia de fuerzas que, como el PSOE, garanticen la cohesión del sistema".

[Jordi Pujol eludió ayer en Valencia pronunciarse sobre el asunto. Durante una conferencia de prensa el presidente catalán dijo que no quería entrar en "temas de política concreta", informa Juanjo García del Moral].

El caso más vivo de regionalismo emergente es el de Aragón. Los partidos implantados en la región, con la excepción del PSOE, han convocado para el próximo día 15 de noviembre una manifestación en Madrid ante el Congreso y el Ministerio para las Administraciones Públicas -con la presencia anunciada de dos de los ocho consejeros del Gobierno regional- en la que solicitan para su comunidad igualdad de competencias con Cataluña y Euskadi. "Estamos rodeados de autonomías que tienen más poder que la nuestra", dice un asesor. del presidente de Aragón, Emilio Eiroa, y añade: "El político aragonés que no se suba a este autobús lo va a pagar".

En Canarias también se han reavivado las reivindicaciones nacionalistas. Hace 15 días, Lorenzo Olarte, en nombre de su partido, el CIC (Centro Independiente de Canarias) -el antiguo CDS- planteó en el Parlamento regional una noción para hacer de Canarias un "Estado libre y asociado con España".

Las tensiones en Cataluña y País Vasco se contemplan con preocupación desde el Gobierno ante el temor de que el "sarampión localista" contagie a otras autonomías. Una muestra es que en Galicia el Bloque Nacionalista Galego (BNG) se acaba de reafirmar en el independentismo en un reciente congreso, y las últimas encuestas que maneja la

nta Galega le dan un espectacular ascenso del voto, del 6% al 11%. El presidente de la Xunta, Manuel Fraga, haciéndose eco de ello, acaba de manifestar en su gira mexicana que "el nacionalismo es una temible realidad, que puede recorrer nuestro mundo en los próximos años".

Sopa de siglas

En Navarra, Juan Cruz Alfi, presidente de la comunidad, está inclinando Unión del Pueblo Navarro (UPN) del regionalismo al nacionalismo. Los fenómenos regionalistas en la Comunidad Valenciana -con la Unión Valenciana (UV)- y en Andalucía -Partido Andalucista (PA)- lejos de estancarse siguen creciendo, según las últimas encuestas.

El caso de Cantabria, con un presidente procesado, Juan Hormaechea, -y que pese a su actual militancia en el PP no ha retirado del registro la inscripción de su sigla autonomista- es otra cara del desequilibrio regional.

En Cataluña, las posiciones más nacionalistas se han impuesto en el Congreso de Convèrgencia -la reivindicación del 100% del IRPF es una muestra- y la figura del hombre del nacionalismo catalán en Madrid, Miquel Roca, ha perdido peso. ["La Generalitat reclama el 15%, y seguirá pidiéndolo, y eso lo sabe todo el mundo", dijo Pujol anoche en Valencia].

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