El malestar persistente

El doctor Michel Garretta ha vuelto a Francia para cumplir su condena de cuatro años de prisión. El ex director del Centro Nacional de Transfusiones de Sangre asume así su parte de responsabilidad en el drama de la sangre contaminada. ¿Debe mostrarse la justicia satisfecha por ello? Las víctimas y sus familias no lo entienden así, y la opinión pública, tampoco.El poder político se ha equivocado al creer que sería suficiente entregar a los cuatro médicos para que su condena le exonerara de la acusación de negligencia. Al contrario, cuanto más tiempo pasa, aumenta el malestar. Malestar que se ha incrementado con el regreso de Michel Garretta. ( ... ) Garretta es culpable. Sus actividades mercantiles son una circunstancia agravante. Pero se ha presentado como una víctima propiciatoria y sostiene que las decisiones que tomó tuvieron el consenso de cien o doscientas personas. Su protesta ha tenido eco. ( ... )

Los ministros implicados han alegado su total ignorancia de los hechos. Tratándose de un drama que va a costar centenares de vidas humanas, el argumento parece débil. La famosa fórmula responsable pero no culpable constituye ya una confesión. Si fuera verdad que Laurent Fabius, Georgina Dufoix y Edmond Hervé no han cometido ninguna falta, deberían justificarse delante de los tribunales. Así lavarían la sospecha que amenaza con pesar sobre ellos durante mucho tiempo.

29 de Octubre