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LAS SECUELAS DE LA TORMENTA MONETARIA

Pactos secretos y 'maquillaje' de datos

En medio de la tormenta monetaria del mes de septiembre, los gobiernos y los bancos centrales europeos han mantenido una auténtica batalla verbal y de cifras en torno a las posiciones de unos y otros y, especialmente sobre las consecuencias de la crisis en sus indicadores económicos. Además de los enfrentamientos dialécticos entre países (sobre todo entre Alemania y el Reino Unido), se han producido innumerables contactos y acuerdos bilaterales, que se han intentado mantener en secreto, y se han maquillado las cifras para evitar males mayores.Acuerdo franco-alemán

El caso más llamativo es el acuerdo secreto entre Alemania y Francia, tras el encuentro que mantuvieron sus presidentes, François Mitterrand y Helmut Kohl, el martes 22 de septiembre. Hoy ya se sabe que Mitterrand amenazó con abandonar el mecanismo de cambio del Sistemas Monetario Europeo (SME), como habían hecho días antes Italia y el Reino Unido, si Kohl no se comprometía a apoyar al franco directamente a través del Bundesbank.

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Los apuros del. presidente francés tras el apretado triunfo del sí en el referendum sobre Maastricht no le permitían acudir al FECOM en busca de dinero y acordaron que la ayuda se realizara al margen de ese mecanismo, utilizando como intermediarios bancos privados de ambos países. Ese acuerdo suponía, además, que el Bundesbank dejaría de apoyar al resto de las monedas sometidas a fuerte presión por los especuladores.

La operación parecía perfecta para Mitterrand, ya que la ayuda directa de Alemania al franco no constaría en las cifras de reservas exteriores disponibles de Francia. Lo que no esperaba el presidente francés es que la rigurosidad del Bundesbank le lleva a informar semanalmente de las operaciones en marcos en el exterior (aunque sin citar el destinatario) y que los mercados podrían deducir fácilmente la cantidad destinada a mantener el franco, como así ha sucedido. El Banco de Francia no miente cuando dice oficialmente que sólo ha perdido 17.000 millones de dólares, pero sí oculta que realmente ha perdido 26.000 millones más, porque los tendrá que devolver a Alemania.

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