¡Crúzate mas!

José Luis Martín Berrocal, propietario de la divisa anunciada y apoderado de Curro Díaz, estalló de inquina mientras su pupilo mostraba su impericia en el sexto bicorne, y le espetó: "¡Crúzate más!". Este consejo, del que el coletudo pasó ampliamente, sorprendió a los parroquianos próximos al callejón donde se ubicaba el nervioso apoderado, por su inhabitualidad hoy en boca de los mentores, siempre propensos a la búsqueda de máximas facilidades para sus dirigidos.Díaz debió pensar que Berrocal intentaba así cubrir el tremebundo error de anunciarle en coso de tanto compromiso con sus escasísimas actuaciones y augures táuricos, razón por la que anduvo a la deriva toda la tarde, aunque en el último arrebujó algún aromático pase suelto. No mucho mejor se mostró Romerito, actual número uno del escalafón, que desaprovechó a su primer novillo con una faena tan trafallona como aburrida e inane. La catadura del quinto era mansota y Romerito se justificó algo más -no mucho, esa es la verdad- en su anodino brujuleo sin norte.

El Madrileño intentó la repetición de la mejor jugada de su carrera: su reciente salida a hombros en este escenario, pero se estrelló con el poco juego de sus bichos. Frente al primero brilló en cortas series de mandones redondos, con la mano muy baja, parte de los cuales los extrajo desmayados y ribeteados de sentimiento. Como el perillán cuarto era un manso de matrícula de honor, El Madrileño no quiso reñir con él y lo finiquitó con agradecida brevedad, pues el gélido ventarrón serrano ya era también gran protagonista del festejo.