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Una oportunidad malgastada

El presidente Bush elogió a las fuerzas pacificadoras de las Naciones Unidas dispersas por el mundo. Los cascos azules, tal como sugirió en la Asamblea General, son "un símbolo de esperanza" desde Chipre y Líbano hasta Camboya y Croacia. Sin embargo, no ofreció las dos cosas que más necesitan las fuerzas pacificadoras: dinero y voluntarios uniformados.En enero, el Consejo de Seguridad pidió a Butros Gali que presentara un informe sobre las mejores vías para prevenir las guerras y terminar con ellas. Gali recomendó que los miembros de las Naciones Unidas pusieran a disposición de la organización fuerzas militares que pudieran ser desplegadas por el Consejo de Seguridad. ( ... )

Bush dio la bienvenida al informe y se ofreció a apoyar a las fuerzas pacificadoras de la ONU. Pero no dijo nada acerca de contribuir con voluntarios, ni más allá de una vaga promesa de revisar la cuestión, ofreció nuevas formas para financiar las fuerzas de pacificación ni los efectivos humanitarios. (...)

Bush, antiguo sostén de las Naciones Unidas, podía haber dado un impulso mayor, por ejemplo, asignando tropas y armas del presupuesto de defensa, o con contribuciones de las ventas globales de armamento. Pero el presidente sólo pudo resignarse a pronunciar la lánguida palabra revisar. Una oportunidad malgastada.

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, 24 de septiembre

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