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CRISIS EN LOS MERCADOS DE CAMBIO

La salida masiva de la inversión extranjera hunde la bolsa y el mercado de deuda pública

El capital extranjero abandonó ayer, en grandes cantidades, sus posiciones en activos en pesetas debida a la circular del Banco de España. Madrid fue la bolsa mas castigada de Europa, mientras que el mercado de deuda pública está viviendo la mayor presión vendedora de la última década. Un solo operador, J.P. Morgan, dio órdenes de venta de sus carteras en la bolsa de Madrid por valor de 1.000 millones de pesetas, siguiendo instrucciones de fondos de inversión norteamericanos y británicos. Asimismo, una de las principales casas de contratación de deuda en Madrid, liquidó 15.000 millones de pesetas en activos públicos.

Estas operaciones representan sólo una parte de la cascada de ventas que se produjo ayer por parte de no residentes, que dan por segura una nueva devaluación de la peseta. Los gestores internacionales coincidieron en que el límite a las operaciones en divisas, impuesto por el Banco de España anteayer, comporta una pérdida de credibilidad para España y se preguntan cúanto tiempo podrá aguantar el mercado esta corriente vendedora. Las medidas del banco emisor, criticadas por analistas extranjeros, han servido para estabilizar la peseta "pero a costa de hundir los mercados de valores y deuda", señalaba un operador.

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En las últimas 48 horas la bolsa española ha sufrido una depreciación de medio billón de pesetas, lo que supone el 5% del precio de todas las acciones de la bolsa española (capitalización bursátil). Al cierre de la sesión, el índice había caído por primera vez desde. 1986 por debajo de la barrera psicológica del 200 al perder 7,07 puntos y situarse en los 198,15, mínimo del año.

Mínimos históricos

Los esfuerzos tranquilizadores del banco emisor no han surtido efecto en el mercado de deuda. Los precios de los bonos cayeron ayer a mínimos históricos, muy por debajo ya de los niveles alcanzados tras el no danés a Maastricht a principios de junio. El precio del bono a diez años, que antes del referéndum de Dinamarca estaba en 97 puntos, cotizó ayer por debajo de los 84. Mientras que las rentabilidades de los bonos se han disparado, encareciendo aún más la financiación del Tesoro, las de las letras a un ano repitieron en la subasta de ayer en el 13,25%, en la que se adjudicaron 200.575 millones frente a los 284.017 solicitados.

El saldo de deuda pública en manos de no residentes ha caído desde finales de mayo y hasta el pasado 18 de septiembre un 10% (208.000 millones), sin contar con el impacto de la salida que se ha producido esta semana. En los dos últimos días el valor de la deuda pública se ha depreciado en unos 300.000 millones de pesetas, según datos de varias gestoras de fondos.

La decisión del Banco de España de restringir las operaciones de compra de divisas contra pesetas, para evitar medidas alternativas como la devaluación, la salida de la peseta. de la disciplina del SME o una subida de tipos de interés, está afectando duramente las entidades financieras y los no residentes. El mercado se encontraba ayer técnicamente cerrado, según vanos analistas.

Las cotizaciones de la peseta fluctuaron ostensiblemente al ser un mercado casi paralizado donde sólo se hacían las operaciones en divisas imprescindibles. Mientras por la mañana, la peseta se situó en los 67,70 pesetas contra el marco, a mediodía fijó un cambio medio de 69,645. El marco se reforzó de nuevo frente a la moneda española en 1,6 pesetas.

Una de las causas que fuerzan la salida de la deuda pública es muchos extranjeros venden sus bonos y obligaciones para tener liquidez, tras las medidas restrictivas adoptadas el miércoles por el Banco de España.

Fuentes del banco emisor atribuyen el impacto en el mercado de deuda a varias causas. Los no residentes que habían invertido en deuda española creen que la apreciación que experimentó la peseta tras las medidas restrictivas no puede durar, por lo que conviene deshacer rápidamente las posiciones en pesetas pues anticipan que tras esta medida vendrá la devaluación.

Asimismo, las medidas restrictivas han encarecido los préstamos en pesetas, sobre todo en el euromercado (ayer el crédito en pesetas convertibles en el mercado para extranjeros se cobraba al 50% en el día a día, según varios operadores), y han limitado así la compra de pesetas para cubrir las operaciones a favor de otras divisas.

Otro motivo, según estas fuentes, es que los grandes inversores extranjeros con una cartera estable en deuda o en bolsa habían "cubierto el riesgo de una devaluación" con la venta a plazo de pesetas. Por otra parte, para deshacer sus posiciones en deuda pública, los no residentes tuvieron que vender sus títulos con unos diferenciales de tipos de interés cada vez más altos.

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