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El espectro de los presos en Vietnam acosa a Kissinger

Antonio Caño

Está demostrado que sólo hay un asunto capaz de declaración ante el Senado en relación con la suerte competir con las próximas elecciones para captar la corrida por los prisioneros en aquella guerra, está atención de los norteamericanos: Vietnam. El prestigio de Henry Kissinger, que ha tenido que ha tenido que prestar declaración ante el Senado en relación con la suerte corrida por los prisioneros en aquella época, está en juego en estos momentos por culpa de ese asunto.

El famoso ex secretario de Estado y ex consejero nacional de Seguridad norteamericano se sentó el martes ante un comité investigador de la Cámara Alta para desmentir las acusaciones hechas por antiguos altos funcionarios en el sentido de que la Administración de la que Kissinger formó parte abandonó a una parte de los prisioneros en Vietnam.Aquella guerra nefasta para la imagen y los intereses de EEUU sigue cobrándose víctimas hoy: la popularidad de Ross Perot, el millonario tejano que renunció hace meses a sus aspiraciones presidenciales, comenzó a disminuir al conocerse algunos datos sobre su actuación oscura en relación con los prisioneros. Las maniobras hechas por Bill Clinton para evitar ser reclutado para Vietnam siguen siendo el talón de Aquiles del candidato demócrata en esta campaña. Henry Kissinger también ve amenazado ahora un prestigio que le permite ganar millones de dólares al año con sus conferencias y publicaciones.

Las sospechas sobre la actuación de Kissinger fueron sembradas el lunes por dos antiguos secretarios de Defensa, James Schlesinger y Melvin Laird, que dijeron que conocían la existencia de soldados norteamericanos abandonados con vida en Vietnam, y que el Gobierno de EEUU -encabezado entonces por Richard Nixon y Henry Kissinger- no había hecho esfuerzos suficientes para liberarlos.

Más preciso aún, un antiguo colaborador de Kissinger, Winston Lord, dijo que aquel Gobierno tomó la decisión de no complicar las conversaciones de paz de París con el asunto de los prisioneros.

Henry Kissinger, que hace 23 años fue el hombre encargado por la Administración norteamericana para negociar el fin de la guerra, es, por tanto, la figura sobre la que se dirigen ahora todas las miradas.

El ex secretario de Estado dijo que, durante las conversaciones con los vietnamitas, él insistió varias veces en conocer la suerte de los prisioneros y consiguió, finalmente, que el acuerdo de paz incluyese la entrega de todos los norteamericanos presos en Vietnam.

Kissinger negó que durante su presencia en el Gobierno recibiese informes creíbles sobre la existencia de prisioneros vivos en Vietnam, aunque admitió que las autoridades vietnamitas pudieran haberle ocultado algunos datos. "Personalmente yo no tengo ninguna prueba de que quedasen norteamericanos con vida, pero creo que los vietnamitas son capaces de un acto de ese tipo y podrían haber mentido al respecto", dijo.

Kissinger aseguró que todas las críticas hechas contra él y contra la Administración de Nixon eran "mentiras" y se preguntó ante la. comisión investigadora: "¿Puede alguien creer seriamente que algún funcionario honrado podría actuar negligentemente con la suerte de un hombre de armas norteamericano, y especialmente con aquellos que más han sufrido por su país?".

[El general ruso Dmitri Volkogonov, que dirige la comisión que investiga la suerte de prisioneros estadounidenses desaparecidos en la antigua URSS, dijo ayer que dos norteamericanos murieron en los años cuarenta tras una larga estancia en campos de trabajos forzados soviéticos, informa Reuter].

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