Libre mercado y control demográfico, recetas de los expertos para garantizar la energía en el futuro

La certeza de que el imparable crecimiento demográfico agrava la escasez de energía y deteriora el medio ambiente, el hecho de que los combustibles fósiles continuarán siendo en las próximas décadas la base del suministro, energético y, sobre todo, la convicción de que la transferencia de tecnología entre países ricos y pobres sólo puede conseguirse dentro de las leyes del mercado son las principales conclusiones del informe elaborado por la comisión Energía para el Mundo del mañana, que fue presentado ayer en el XV Congreso del Consejo Mundial de la Energía que se celebra en Madrid.

En el informe han participado expertos de los 90 países miembros del Consejo Mundial de Energía y el borrador preliminar fue presentado ayer en Madrid por Derek A. Davis, director ejecutivo de la comisión Energía para el mundo del mañana. Las conclusiones definitivas de la comisión, que estarán terminadas en 1993, complementarán el informe Nuestro futuro común de la Comisión Mundial de Naciones Unidas.El estudio, que recoge 14 conclusiones y recomendaciones, hace hincapié en que el crecimiento demográfico previsto -"la población mundial crecerá más en las próximas tres décadas de lo que nunca ha hecho en un periodo semejante"- sólo agravará los problemas asociados al consumo de energía, y sentencia: "Es imposible suministrar la energía adecuada a todos los países subdesarrollados a menos que se controle el crecimiento de población".

Los autores del informe advierten también que cubrir el aumento de la demanda con combustibles y tecnologías tradicionales degradará más aún el medio ambiente, "un problema que afecta a la mayoría de la población mundial", y recomiendan "un énfasis particular en la eficiencia energética y en las tecnologías limpias".

El documento recuerda asímismo que la utilización de combustibles fósiles representa más de la mitad de las emisiones totales de dióxido de carbono -el principal gas responsable del llamado efecto invernadero- producidas por el hombre, e indica que se podría hacer mucho. para reducir el impacto negativo de los combustibles fósiles en la naturaleza "si los usuarios tuvieran que pagar por la contaminación que producen".

El documento insiste en que durante las próximas décadas los combustibles fósiles seguirán siendo la base del consumo energético. "No es realista ni probable que el sistema energético global varíe radicalmente, y sería imprudente planear dramáticos cambios de las infraestructuras. Es probable, sin embargo, que a partir del año 2020 el agotamiento de algunos recursos del petróleo y gas comience a reflejarse en un alza de precios". Por ello, continúa el texto, es urgente la investigación en energías renovables y el desarrollo de la nuclear.

Por último, el informe señala que "será necesario establecer una relación aceptable entre el control del Gobierno y la competencia del libre mercado, un fomento de la inversión extranjera y, con el tiempo, un sistema de precios que reflejen todo los gastos incurridos". Y como final declaración de fe liberal, el documento subraya: "Las barreras proteccionistas, los monopolios de suministros, la falta de competencia, los subsidios a instituciones ineficaces producen distorsiones que impiden el acceso a la energía y, en consecuencia, el desarrollo económico".