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Acuerdo para prohibir los vertidos nucleares en el Atlántico

Las delegaciones de 13 países, ribereños del Atlántico en el hemisferio norte, acordaron ayer en París prohibir el vertido de residuos y sustancias radiactivas en este océano. La unanimidad fue de difícil consecución debido a la actitud contraria de franceses y, sobre todo, británicos. Tanto Francia como el Reino Unido utilizan la energía nuclear en el terreno civil y en el dominio, militar desde hace bastantes años y se encuentran ahora con graves problemas, de almacenamiento de residuos.La posición británica consistía en estudiar de nuevo el problema y dejar la solución en manos de "criterios de practicabilidad". Este barbarismo idiomático servía para encubrir el empleo de baremos no ecológicos o científicos, sino estrictamente económicos a la hora de enfocar la cuestión. Así, dado que era más caro, y por tanto menos practicable, enterrar los desechos que verterlos al mar, se recusaba el principio de protección integral del medio marino.

Franceses y británicos han obtenido una cláusula especial que les concede 15 años para demostrar que sumergir residuos nucleares es mejor que buscarles un lugar en tierra. En el caso de conseguirlo, los otros 11 países (Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Irlanda, Islandia, Noruega, Holanda, Portugal y Suecia) podrían reconsiderar la decisión.

Decisiones vinculantes

Para Vicente Albero, secretario de Estado para las políticas del Agua y del Medio Ambiente, lo más importante es "haber conseguido que las decisiones que se adopten sean vinculantes no sólo políticamente, sino también jurídicametite", Eso significa que, después de un plazo de tiempo, los acuerdos de la Convención para el Entorno Marino pasan a formar parte de la legislación de cada uno de los países firmantes.Todos los demás acuerdos adoptados en París, bajo la presidencia de la ministra francesa del Medio Ambiente, Segolene Royal, se han adoptado sin grandes discusiones. Los ponentes se han felicitado de la importante disminución del Vertido de hidrocarburos observada los últimos 15 anos, así como el empleo siempre de la mejor tecnología disponible en cada momento. Entre los técnicos se cuestionaba la eficacia de algunas decisiones, como las relativas al control de los vertidos al mar de fertilizantes y abonos de explotaciones agrícolas, que debiera ser efectivo en 1995. "Mantener bajo vigilancia las fábricas es relativamente fácil, pero hacer lo mismo con un campo cultivado es mucho más difícil", explicaron.

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