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Michael Jackson comienza su gira en Barcelona sin llenar el Estadio Olímpico

El cantante norteamericano tiene previsto actuar el día 21 en Oviedo y el 23 en Madrid

Michael Jackson no llenó anoche el Estadio Olímpico en la primera actuación de su gira española que le llevará el próximo día 21 a Oviedo y el 23 a Madrid. Una tercera parte de las 55.000 localidades puestas a la venta quedó sin ocupar. En su segunda visita a la ciudad, el menor de los Jackson logró triunfar a pesar de esas butacas vacías. El público, en el que abundaban los niños, pero en el que también podía verse gran número de personas maduras, se había trasladado desde varias horas antes al Estadio barcelonés. No hubo reventa, ni tampoco bises y al final, la espectacular puesta en escena y la aparatosidad de los medios técnicos no impidieron que la despedida fuera algo fría.

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A las 21 horas, en los laterales del gigantesco escenario situado en el Estadio Olímpico aparecieron los ojos del esperado Michael Jackson, con su mirada felina. Seis minutos después, es decir, con un ligero retraso sobre el horario previsto, las pantallas laterales de vídeo comenzaron a vomitar imágenes del cantante en pleno concierto y de sus incondicionales músicos entrando a la carrera en un gran escenario a los sones del Carmina Burana de Carl Orff, entre el griterío de los asistentes.El escenario permanecía todavía oscuro aunque ya se insinuaban las nubes de humo. Tras un rápido montaje de carátulas de sus vídeos intercaladas con sus imágenes, apareció la frase Brace yourself. A continuación se produjo la gran explosión, apareció una pequeña nave espacial y después de nuevas ráfagas de fuegos artificiales, la imagen de Michael Jackson resplandeciente e inmóvil surgió como por arte de birlibirloque en el escenario.

Inmóvil

Durante varios minutos el ídolo permaneció totalmente inmóvil mientras su chaqueta plateada destellaba y el público se impacientaba ante la duda de si se trataba del cantante en persona o de un muñeco inanimádo. Pero el muñeco se movió lentarnente, con gestos robóticos, para quitarse las gafas de sol. El griterío del público fue roto por nuevas explosiones y Michael Jackson se puso a danzar frenéticamente a los sones de Jam mientras los cientos de focos móviles y los rayos láser cortaban la humareda y la coloreaban de mil formas diferentes.Los músicos quedaban tapados por la cortina de luz y humo y el cantante, convertido como es su costumbre en único protagonista, ocupaba todo el gigantesco escenario únicamente apoyado por cuatro bailarines y la voz de un, rapper.

Tras ese primer tema, Jackson preguntó varias veces How are you doing? ("¿Cómo estáis?") amparado en la oscuridad que le sirvió para cambiar de indumentaria. Starting some things presentó ya a ese Michael Jackson trepidante que todos esperaban, movimientos ligeros de pies, golpes de cabeza, manos a la entrepierna y hasta banderas blancas.

En los primeros temas la aceptación del público fue total, pero los largos descansos entre canción y canción (necesarios para cambiar de vestimenta y atrezzo) enfriaban algo a la concurrencia, que se entretenía palmeando ritmos más propios de un partido de fútbol que de un espectáculo musical.

El público se enfriaba, pero volvía a calentarse inmediatamente y cada canción era como un pequeño concierto en miniatura en el que Michael Jackson comenzaba en frío, calentaba al público y le llevaba al delirio en poco más de tres minutos con sus cantos, sus bailes y la escenografía más cambiante, disparatada y preciosista que ha pisado un escenario barcelonés en mucho tiempo.

A las 23.20, tras unos 15 temas, Jackson abandonó el escenario volando sobre las cabezas de las primeras filas, con su pequeño reactor a las espaldas. Minutos después, con el escenario vacío, se despedía del público barcelonés, que ni siquiera intentó conseguir un bis. Un final un tanto frío para un concierto con demasiados altibajos anímicos.

A lo largo de 130 minutos de actuación, Jackson repasó sus mayores éxitos -desde Bad o Thriller hasta canciones de su último disco Dangerous-, bailó con una destreza inigualable, cantó, hizo magia, se mostró agresivo, sexy, tierno, ecologista, se movió entre los efectos lumínicos más sorprendentes, presentó a su guitarrista con un rayo láser, pasó diferentes viedoclips en los intermedios de los temas y llenó el escenario de niños de todo el mundo con sus trajes típicos.

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