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"A mayor promiscuidad sexual sin protección, más cáncer", asegura el virólogo Peter Rigby

De todos los cánceres asociados a virus, aproximadamente un 15% en el mundo, los tumores malignos de hígado y de cuello de útero, son los de mayor prevalencia en España. Los agentes causantes de ambos -virus de la hepatitis B y papilomavirus- se transmiten por vía sexual. De ahí que el británico Peter W. J. Rigby, del Instituto Nacional para la Investigación Médica del Reino Unido, afirme sin ambages: "A mayor promiscuidad sexual sin protección, más cáncer". A pesar de las vacunas, los virus siguen siendo los agentes infecciosos que más hacen enfermar al ser humano.

En todo el mundo se considera que 15 de cada 100 tipos de tumores malignos están provocados por virus, bien directamente o porque aprovechan en un momento determinado el estado de inmunodeficiencia del individuo. Los más frecuentes son el de la hepatitis B, los papilomavirus, el virus Epstein-Barr (responsable de la mononucleosis infecciosa y asociado a cánceres nasofaríngeos) y el HTLV1 (virus linfotrófico humano número uno, asociado a linfoma adulto de células T) Los especialistas tienen miedo de que este último agente, por ahora sólo de alta incidencia en Japón y Haití, pueda reproducir el fenómeno del sida, propagándose a otros países.Los dos primeros virus citados son los que más afectan a países desarrollados, si bien generan menor mortalidad gracias a la disponibilidad de vacunas y de diagnósticos precoces. Peter Rigby, que participa en Madrid en la reunión científica Avances en la investigación sobre patogénesis por virus, señala que "la mayoría de las personas activas sexualmente están infectadas por algún tipo de papilomavirus". El investigador español Pedro Lazo asegura que esta proporción ya alcanza al 10% de la población en los países occidentales.

Verrugas y tumores

Los papilomavirus constituyen una familia viral con más de 50 tipos que producen lesiones benignas como las verrugas o infecciones dermatológicas, pero también, en una pequeña proporción (cuantificada hasta ahora en 0,2 casos por 1.000), cáncer de cuello de útero en las mujeres y de pene en los hombres. Su descubrimiento se produjo en los años cincuenta y su relación con los tumores malignos no se llegó a aceptar hasta hace escasamente 10 años.La incidencia de este tipo de cánceres en España es cada vez mayor y afecta a personas más jóvenes, según se puso de manifiesto en un seminario sobre. el cáncer celebrado hace un mes en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander. Sin embargo, los virólogos reunidos en Madrid no descartan que en este incremento estadístico tenga gran importancia la mejora en los diagnósticos.

Para la virología actual constituye un hecho indiscutible la relación directa entre estos cánceres y la promiscuidad sexual. "Investigaciones hechas en algunas zonas de Sudamérica donde la promiscuidad sexual es muy elevada, demuestran que la incidencia de los cánceres de cervix es entre 20 y 30 veces más alta que en Europa", afirma Pedro Lazo.

El equipo de Lazo, jefe de servicio de genética molecular del Centro Nacional de Biología Celular y Retrovirus, está realizando un trabajo a la vanguardia mundial sobre los papilornavirus. "Hemos llegado a la conclusión de que el punto cromosómico de la célula que elige el gen viral para insertarse es determinante para el desarrollo o no de un cáncer", explica Lazo. Las dos regiones cromosómicas que ellos han estudiado son la 8-Q24, ya identificada con algunas leucemias, y la 12-Q 13, relacionada con sarcomas, melanomas y linfomas.

Vacunas

"La solución para estos tumores es la detección precoz, ya que el virus puede destruirse por medio de láser", indica Lazo. Aunque en varios países se está trabajando en el desarrollo de una vacuna contra los papilomavirus, este investigador no cree que resulte eficaz, "por las especiales características inmunológicas del tejido donde se produce".Además del sida, el otro gran azote viral de los países occidentales es la hepatitis B, de la que son portadores entre 600.000 y 800.000 personas. Los últimos datos epidemiológicos revelan que 5.0100 españoles mueren cada año por consecuencias de la hepatitis B. Entre dos y cuatro de cada 100.000 infectados desarrollará un hepatocarcinoma celular (cáncer primario de hígado), según explica el virólogo del Instituto de Salud Carlos III, Rafael Nájera.

Los mecanismos de transmisión de la hepatitis B son los mismos del sida: la sangre y el semen. Pero a diferencia de la primera infección, que todavía se resiste a la ciencia, "existe una buena vacuna contra la hepatitis B", recuerda Peter Rigby, aludiendo a la posibilidad de prevención. En este sentido, nunca estuvo tan claro para los virólogos que la vacuna contra la hepatitis B es una vacuna contra el cáncer.

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