El Gobierno italiano se atribuye el forzar a Alemania a bajar el precio del dinero

Giuliano Amato, el primer ministro italiano, atribuyó anoche a su Gobierno el mérito de haber logrado que Alemania baje sus tipos de interés en una reunión que el Bundesbank celebrará esta mañana, según anunció el propio Amato, y afirmó que la devaluación del 7% de la lira consecuente con el reajuste acordado ayer por el Comité Monetario de la Comunidad Europea no producirá inflación en Italia. "Hemos actuado bien, porque si hubiéramos seguido el consejo de devaluar hace semanas no habríamos logrado esto. Habríamos hecho una devaluación, y basta", aseguró, al explicar un desenlace que en principio pone en entredicho su gestión de la crisis monetaria.

El coste de las intervenciones directas que el Banco de Italia ha realizado en los mercados, comprando marcos durante las últimas cuatro semanas, ha superado los 600.000 millones de pesetas. A ese drenaje de las reservas italianas, habría que añadir el impacto de la subida del tipo de interés preferente del 12% al 15%, decidida igualmente para sostener la lira, sobre el coste de una deuda pública que se aproxima a los 180 billones de pesetas. La medida ha tenido, además, otros impactos negativos más difícilmente medibles sobre el conjunto de la economía.Pese a todo ese esfuerzo empeñado por el Gobierno en su determinación de no devaluar, el movimiento de los mercados durante la semana pasada ya indicó que la lira no reaccionaba a esta terapia ni a los mecanismos del SME, hasta el punto de que parecía imposible que aguantara hasta el referéndum francés del próximo día 20, como pretendían los Doce por razones políticas. La cuerda se rompió ayer por el punto más débil: según se deduce de lo expuesto por Amato, Alemania no iba a seguir cumpliendo durante otra semana, que verosímilmente sería aún más difícil para la lira que la pasada, su compromiso con el SME de absorber el exceso de oferta de liras.

Amato explicó, en efecto, que "a finales de la semana pasada, el Gobierno alemán sondeó insistentemente sobre su deseo de devaluar y bajar los tipos de interés. Nosotros", prosiguió el primer ministro, "reaccionamos enseguida, ya que los altos tipos de interés alemanes eran la causa fundamental de toda la inestabilidad vivida durante las últimas semanas". La situación era tan premiosa que Italia no ha podido hacer caso a las peticiones francesas. Según el ministro italiano del Tesoro, Piero Barucci, Italia había recibido, la petición de Francia de no devaluar antes del referéndum sobre Maastricht.

Todos con el marco

Barucci, y Carlo Azeglio Ciampi, el gobernador del Banco de Italia, mantuvieron contactos con sus homólogos de Bonn, añadió Amato, hasta llegarse a la solución de que el marco se revaluaría en un 3,5%, mientras Italia devaluaría en la misma proporción su moneda. "El comunicado [de Bruselas] dice que las demás monedas han decidido alienarse con el marco. Cada uno piensa lo que quiere, y es libre sobre lo que hace en su casa", fue lo único que dijo el primer ministro italiano para explicar por qué sólo se ha devaluado la lira.

Amato presentó así "los aspectos para Europa y para el mundo", de una jornada que calificó de "fatigosa": "La devaluación de la lira hará que las exportaciones italianas sean más competitivas. ¿Puede hacer que suba la inflación? No, porque lo que compramos lo compramos en dólares y el dólar está bajando, no está ligado a las monedas europeas. La cesta de la compra no tiene por qué subir, y vigilaremos porque así sea. De hecho, el Gobierno mantiene su objetivo de cerrar el año con la inflación por debajo del 5%. También se reducirá la carga de la deuda pública, pero que nadie piense que eso abrirá margen para más alegría en sanidad o pensiones. Tenemos que arreglar los problemas internos y controlar mejor las finanzas públicas".

No obstante esas previsiones optimistas, es probable que Amato tenga que afrontar alguna tormenta política en las próximas horas.