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Entregada a Italia una familia clave en los contactos Mafia-'narcos'

La campaña anti-Mafia desatada por el Gobierno de Giuliano Amato tocó ayer un verdadero cenit con la detención en Venezuela y repatriación a Italia de los hermanos Pasquale, Paolo y Gaspare Cuntrera, verdaderas estrellas ascendentes de la Mafia y presuntos hombres de enlace entre la Cosa Nostra y los carteles colombianos. Estos hermanos, que, unidos por vínculos de matrimonio y negocios a la familia Caruana, llevaban en Caracas una vida social de relumbre, eran perseguidos por Italia desde hace más de diez años, sin éxito.

"¿Aliados de los Corleone? Son todos los demás los que tratan de ser aliados suyos", de los Cuntrera, manifestó ayer Alessandro Pansa, jefe de la sección de delincuencia económica de la policía italiana, para explicar el papel destacado en el seno de la Mafia de los Cuntrera-Caruana, ya que el clan se identifica con estos dos apellidos estrechamente unidos.La detención de los Cuntrera, añadió este funcionario, es más importante incluso que la del jefe Giuseppe Madonia, registrada el pasado domingo, porque, explicó Pansa, "éste, aún siendo un hombre de la cúpula [el consejo que rige la Mafia], es una persona más sustituible que la estructura de tráfico de drogas y lavado de dinero que los Cuntrera-Caruana habían montado". Pansa añadió que los Cuntrera no eran simples traficantes de drogas, sino "ejes del mercado; por ejemplo, eran importantes suministradores de precursores [agentes químicos necesarios para fabricar cocaína] a los carteles colombianos".

En círculos próximos a la lucha antimafla se ha destacado siempre la importancia para la Cosa Nostra de estos sicilianos afincados en Venezuela, contra cuyos representantes en la isla intentó proceder ya en 1984 el juez Giovanni Falcone. Recientemente corría incluso el rumor de que las detenciones de mafiosos importantes en la órbita de los Corleone derivaban de un arreglo de cuentas del que los Cuntrera-Caruana saldrían confirmados como reyes absolutos de la Mafia siciliana. Sin embargo, han sido detenidos.

Expulsados

Los hermanos Cuntrera no han sido entregados, sino expulsados por motivos de seguridad. Gracias a ese procedimiento fueron detenidos el martes en Caracas, donde su residencia no era ningún misterio, y ayer a las once de la mañana bajaron esposados las escaleras de un avión de línea en el aeropuerto romano de Fiumicino. Pasquale, el mayor, de unos sesenta años, el único que ingresó en prisión porque es el único contra el que hay formulados cargos, dijo a los periodistas desde la silla de ruedas en que era conducido: "Que digan lo que quieran, pero yo de drogas no sé nada. Niego todo". Los otros dos hermanos quedaron detenidos en la comisaría del aeropuerto.Veinte años dijo Pasquale que llevaba fuera de Italia, y la policía calcula que fue por los años setenta cuando estos hermanos pobres de Siculiana, un pueblo del Agrigento, emigra ron a Venezuela. En colabora ción con los Caruana, sentaron entre Caracas, Montreal, Bogotá y capitales orientales como Bangkok, por lo que se refiere a la heroína, las bases de su imperio. En Caracas eran socialmente personas destacadas, históricamente vinculadas a la Democracia Cristiana. Los matrimonios de los vástagos, con los se tejió la unión con los Caruana y con importantes familias mafiosas de Nueva York, como los Bono y los Bonano, fueron acontecimientos para las revistas locales del corazón, amenizados por los cantantes italianos más famosos del momento.

En la ciudad brasileña de Belem, fue detenido ayer Antonio Campelo, de 36 años, perseguido por la justicia napolitana acusado de tráfico de drogas y asociación con la Mafia. Campelo ha sido trasladado a una cárcel de Brasilia mientras los tribunales estudian su posible extradición, informa Efe.

[El siciliano Natale Rimi, presuntamente vinculado a la mafia y acusado de tráfico de drogas, ha sido puesto en libertad por la Audiencia Nacional, que denegó por segunda vez la extradición solicitada por las autoridades de Italia, informa Patricio Candia desde Palma de Mallorca.]

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