Estados Unidos y sus aliados occidentales protegerán a la población shií del sur de Irak
Estados Unidos, el Reino, Unido y Francia ultiman los detalles logísticos para cerrar el espacio aéreo de] sur de Irak a la aviación de Sadam Husein y acabar así con las frecuentes incursiones contra las poblaciones shiíes que residen en la zona. Seis aviones Tornado británicos se unirán en los próximos días a los aviones franceses y estadounidenses desplegados en la región. Los Estados árabes de] Golfo ya han aprobado el plan, aunque temen que la operación desemboque en un nuevo conflicto armado o en el desmembramiento de Irak. La incertidumbre se extiende a los propios shiíes, que prevén una posible ofensiva terrestre del régimen iraquí.
Los planes para crear una zona protegida por los aliados en el sur de Irak se empezaron a fraguar hace varias semanas, después de que los servicios de inteligencia occidentales revelaran que las fuerzas iraquíes preparaban más ataques contra los shiíes, violando de nuevo la resolución 688 de la ONU.Un grupo de oposición shiíta con base en Irán denunció ayer que los ataques desde helicópteros sobre la población del sur del país se reanudaron el pasado martes.
El Gobierno estadounidense aseguró anoche que el acuerdo entre sus aliados para cerrar el espacio aéreo del sur de Irak y derribar a los aviones de Sadam que lo violen aún no es definitivo.
La Administración Bush desea evitar nuevas acusaciones de electoralismo. El primer ministro británico, John Major, ha querido zanjar la cuestión. "NI el presidente Mitterrand ni yo estamos en época electoral y sin embargo apoyamos enérgicamente este ,asunto", dijo ayer.
En los próximos días, seis aviones Tornado GR 1 A de reconocímiento partirán desde el Reino Unido hacia la zona. Este modelo fue empleado por las fuerzas aéreas británicas, italianas y saudíes durante la Guerra del Golfo. Los seis aparatos estarán apoyados por dos aviones nodriza del tipo VC-10, que permiten repostar en pleno vuelo.
Los seis aviones británicos se unirán los ocho Mirage franceses de Incirlik (Turquía). Francia también mantiene aviones Mirage en Yibuti, en el cuerno de Africa, que podrían incorporarse a un eventual ataque. El número de aparatos estadounidenses no se ha precisado, aunque se trata de varias docenas. Además, Estados Unidos mantiene 18 navíos en el golfo Pérsico y otros siete en el mar Rojo, entre ellos el portaaviones Independence. Los saúdíes se muestran reticentes ante la posibilidad de participar en una nueva ofensiva contra Sadam, pero ofrecerán bases terrestres a los occidentales.
La creación de una pantalla aérea en el sur de Irak no cierra, sin embargo, algunos interrogantes, como cuál sería la reacción de los aliados ante una incursión iraquí por tierra: en los meses pasados, algunos pueblos shiíes han sido atacados con artillería y luego saqueados.
Algunos expertos militares occidentales consideran que la restricción del vuelo a los aviones iraquíes evitará también que Sadam movilice a su Ejército hacia las zonas pantanosas alrededor de los ríos Tigris y Effiates. Pero otros aseguran que la aviación iraquí funciona hoy con la misma intensidad con que lo hiciera antes de la guerra y que las poblaciones shiíes están rodeadas por cinco divisiones del Ejército de Sadam.
Este extremo, precisamente, ha suscitado los temores de las comunidades shiíes. El Congreso Nacional Iraquí, organización de refugiados shiíes con sede en Londres, que ha acogido de buen grado la creación de una zona de protección en el sur de Irak, no ha dejado de advertir de un posible ataque terrestre y un aumento de la represión contra los shiíes en las restantes ciudades de Irak.
La prohibición del vuelo por debajo del paralelo 32 (o lo que es lo mismo, casi un tercio del país) supone un duro golpe a la autoridad de Sadam.
Con las tropas aliadas controlando ya el enclave kurdo del norte, por encima del paralelo 36, la aviación de Sadam solo podrá dominar la franja central, menos de la mitad del territorio iraquí.
Los países árabes del Golfo se han mostrado dispuestos a apoyar los planes occidentales. Lo que esperan, sin embargo, es que este paso no desemboque en un nuevo estallido de la guerra o en la desintegración de Irak en tres estados, lo que constituiría, dicen, un foco de inestabilidad en la zona que incrementaría la fuerza política y militar de Irán. "En circunstancias ideales, preferiríamos la paz a cualquier precio; lo último que queremos ver es a Irak dividido", dijo un funcionario kuwaití.
La reacción de Irak llegó ayer. La operación, ha dicho el Gobierno de Sadam, es una excusa para romper la unidad del país. El embajador iraquí ante la Comunidad Europea, Zaid Ha¡dar, negó que su país haya atacado a los shiíes y calificó el plan de "provocación".
Para Haidar, se trata de una excusa para buscar un enfrentamiento armado con Bagdad que beneficiaría electoralmente a Bush.
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