Muchas obras fundamentales
Unas tarea de esta envergadura sólo podía llevarla a cabo una entidad con la capacidad de convocatoria y los medios materiales del museo neoyorquino, que es unánimemente considerado como el templo del arte moderno y, por consiguiente, una institución de alcance internacional, a la que nada puede negársele.Waldo Rasmussen, comisario de la exposición y un experto vinculado al citado museo desde el año 1954, es uno de los grandes estudiosos y analistas de la pintura latinoamericana contemporánea. Rasmussen ha dedicado los dos últimos años de su trabajo a resolver y afinar los detalles de la exposición, que en realidad, como él mismo dice, lleva preparando durante "los últimos 20 años".
"El Consejo Internacional del MOMA -un grupo formado por 10 historiadores del arte, varios directores de museos, críticos y conservadores, que funciona desde 1954- ha facilitado la materialización de los préstamos de muchas de las obras; sin ellos no hubiéramos conseguido algunas piezas fundamentales", señala Waldo Rasmussen. La estructuración de la muestra se basa, según él, en los criterios de un comisario que ha trabajado con muchos de los artistas directamente y de quien, partiendo de la práctica, se ha interesado posteriormente por la teoría.