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El juez Buéren detiene a dos 'capos' del narcotráfico gallego y requisa un barco en la costa marroquí

Carlos Bueren, titular del Juzgado número 1 de la Audiencia Nacional, cerró ayer un importante fleco de la operación Santino, que desplegó el pasado abril en Galicia, contra la droga al obtener la captura en Agadir (Marruecos) de un barco que en junio alijó 1.800 kilos de cocaína en Portugal, por lo que hubiera escapado a cualquier inspección ocular sin las informaciones acumuladas por Bueren.

Carlos Bueren, titular del juzgado número 1, remató ayer un importante fleco que había dejado el pasado abril en su operación Santino, que en dos fases superó el medio centenar de detenidos y desmanteló las nuevas familias de la droga que habían tomado el relevo de los narcos más conocidos.Con ocasión de las redadas de abril, Bueren optó por no detener a dos de los presuntos jefes de estas redes: Aurelio González Hermida y José Parada Rodiño, ambos presuntos capos del narcotráfico residen en Cambados (Pontevedra). El juez prefirió dejarles al margen del operativo para seguir tejiendo su red de vigilancias y escuchas con el fin de pillarles con las manos en la masa. Ahora, Bueren ha decidido tirar del hilo. El juez obtuvo ayer la detención de ambos.

Previamente, las autoridades marroquíes le habían comunicado que habían cumplido su orden de requisar el barco del primero, Umia, tras atracar en el puerto de Agadir. Este inusual gesto de colaboración de las autoridades marroquíes, muy celebrado por los responsables de la investigación judicial, permitió a Bueren ordenar la detención de los responsables últimos de este barco.

En este sentido, la policía busca al armador del barco, el empresario Santos Nova, principal socio de la firma Llartos, radicada en Bueu (Pontevedra), quien ayer se hallaba en paradero desconocido. Responsables de la investigación atribuyen buena parte de este éxito a la creación de un equipo mixto de policías antidroga de Coruña y Pontevedra, unidades que es urgente potenciar.

Uno de los motivos de que Bueren diera hilo a sus capos bajo sospecha consistía en comprobar la ruta que seguiría dicho barco. Este buque desembarcó el pasado mes de junio en una embarcación de la organización en aguas portuguesas un total de 1.800 kilos de droga. Lo que no sabían los narcos es que el barco que se aproximó al buque nodriza para cargar estaba controlado ya por la policía portuguesa, advertida por Bueren, por lo que la droga cayó directamente en poder de los agentes.

Las autoridades judiciales dejaron seguir al Umia -entonces en aguas internacionales frente a las costas portuguesas- con rumbo desconocido, hasta que ahora ha reaparecido en Agadir, puerto marroquí donde toda buena red de narcotráfico gallego tiene su delegado. La droga desembarcada en Portugal iba oculta bajo una espesa capa de hielo como si de pescado congelado se tratara, para la autovía

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