Primer atentado terrorista en Medellín desde la fuga de Escobar

La explosión de un coche bomba ayer en la ciudad de Medellín, al norte de Colombia, que provocó heridas al menos a siete personas, ha despertado el fantasma del narcoterrorismo en el país apenas dos semanas después de la fuga de Pablo Escobar de la cárcel de Envigado acompañado por nueve de sus cómplices.El vehículo, cargado con 20 kilogramos de dinamita, se encontraba en el aparcamiento de un centro comercial sito en una zona residencial de la ciudad. La explosión destruyó 12 vehículos y causó daños en varios locales comerciales.

Ningún grupo ha reivindicado el atentado, pero la policía sospecha que se trata de una demostración de fuerza de los narcoterroristas ante el cerco desplegado por las autoridades colombianas para intentar capturar a Escobar. Sin embargo, éste remitió ayer una carta a la prensa, cuya autenticidad fue comprobada por las autoridades, en la que niega cualquier vinculación con el atentado. "Mi hermano y yo públicamente la prometimos al pueblo de Colombia que no ejerceríamos acciones violentas de ninguna naturaleza y esa promesa no ha sido rota", reza el comunicado enviado desde la clandestinidad, en que se traslada la responsabilidad del atentado al cartel de Cali, al sur del país.

Más adelante, la carta indica que "si el Gobierno nos garantiza una cárcel en Antioquía [departamento cuya capital es Medellín] continuaremos con el proceso de sometimiento a la justicia".

Los seis aviones estadounidenses que participaron en la búsqueda del narcotraficante abandonaron ayer sus operaciones de rastreo, según informó ayer Noemí Sanín, ministra de Exteriores de Colombia.