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Irak cede a las amenazas de Estados Unidos y alcanza un acuerdo con las Naciones Unidas

La crisis que enfrentaba desde hace tres semanas a Irak con las Naciones Unidas parece resuelta, después de que Estados Unidos diera repetidas muestras de que su paciencia estaba agotándose. El jefe de la misión de la ONU en Bagdad, Rolf Ekeus, confirmó ayer por la tarde el anuncio de acuerdo hecho por el embajador iraquí en las Naciones Unidas, Abdul Amir al Anbari. El representante del Gobierno iraquí aseguró que las inspecciones en el Ministerio de Agricultura de su país, cuya interrupción provocó las protestas de Estados Unidos y sus aliados, se reanudarán el próximo martes.

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"Tengo la impresión de que el problema inmediato ya está resuelto", declaró ayer Rolf Ekeus después de su entrevista con el embajador iraquí. Ekeus afirmó que él mismo viajará a Bagdad la próxima semana para supervisar la inspección del edificio en el que supuestamente se escondían unos planes de construcción de armas de destrucción masiva por el Gobierno de Bagdad.De acuerdo con las declaraciones del embajador iraquí, el grupo de enviados de la ONU a su país estará integrado principalmente, de ahora en adelante, por ', suizos, suecos, alemanes y rusos". Esta selección favorecería la postura de Sadam Husein, que se ha opuesto a que ciudadanos de los países que lucharon en su contra durante la guerra del Golfo participen en las inspecciones.

Sin embargo, Ekeus no descartó la posibilidad de que dos norteamericanos participen en las inspecciones y que otros miembros del equipo obligado a abandonar Irak se reincorporen al grupo. El compromiso encontrado consiste aparentemente en que los norteamericanos no entren en el edificio objeto de la controversia, y examinen los documentos fuera.

Esta nueva misión sustituirá a la anterior, presidida por una militar norteamericana, que acampó durante 17 días delante del Ministerio de Agricultura iraquí a la espera de poder inspeccionarlo, hasta que unas acciones de hostigamiento organizadas por las autoridades de Bagdad le obligaron a abandonar el país el pasado viernes. El propio Ekeus reconoció que durante este espacio de tiempo el Gobierno de Bagdad había tenido tiempo de sobra para retirar del ministerio los documentos comprometedores.

La nueva postura de Irak se produce después de una escalada de amenazas verbales y presiones psicológicas por parte de Estados Unidos contra el régimen de Sadam Husein, con, el fin de que dejara de obstaculizar las inspecciones de armamento que la ONU decretó cuando Irak se rindió ante las fuerzas aliadas hace un año.

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Entre los envites más fuertes que el régimen de Sadam Husein tuvo que soportar durante las últimas horas están las declaraciones del secretario de Defensa norteamericano, Dick Cheney. "Estados Unidos" dijo, "tiene la fuerza militar más poderosa del mundo; Sadam Husein puede dar prueba de ello, y tenemos la capacidad de ejecutar cualquier acción que sea decretada".

El secretario de Defensa recordó que las fuerzas de Irak son actualmente muy modestas, precisamente porque están considerablemente debilitadas tras la destrucción de su armamento llevada a cabo por los inspectores de las Naciones Unidas en el último año.Amenazas de Baker

Por su parte, el secretario de Estado norteamericano, James Baker, había realizado un paralelismo preocupante entre la, situación que se estaba viviendo y la que se vivió hace dos años, cuando estalló la guerra del Golfo: "Mi impresión es que marchamos en la misma dirección en que ya nos hemos dirigido, a no ser que [Irak] cumpla rigurosamente con las resoluciones de Naciones Unidas", había dicho momentos antes de que el representante de Bagdad anunciara su rectificación.

La lista de los reproches proferidos contra el Gobierno de Bagdad había aumentado de manera significativa en los últimos días. La prohibición iraquí de que los enviados de las Naciones Unidas inspeccionen el misterioso edificio no era ya la única razón en la que los aliados se apoyaban para amenazar con iniciar las represalias. Las necesidad de impedir que Sadam Husein reprima a las minorías shií y kurda había sido citada también como una posible justificación para un castigo contra Irak.

Esta relajación de la tensión supone un respiro para George Bush, que se enfrenta a una difícil campaña electoral y se libra así de una complicación suplementaria.

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