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Entrevista:

"Cada hombre lleva su ballena dentro"

Es un mito del teatro que se niega a refugiarse en un cómodo Olimpo. A los 70 años casi cumplidos, Vittorio Gassman arranca desde Génova con Moby Dick para llevarla por medio mundo en los próximos 12 meses, y a la Expo de Sevilla el 13 de agosto. Lo es por el texto, basado en la gran novela de Herman Melville pero condimentado por Gassman con citas de la mejor poesía universal, desde Dante a Whitman, asando porPessoa y Juan Ramón Jiménez. Y porque, al incluir a 23 actores sobre un escenario de más de 40 metros, implica muchas más cosas que la indiscutible maestría interpretativa de su protagonista.

"Nunca me gustó la Moby Dick de John Huston. Fue una buena película sobre la caza de la ballena, pero no logra reflejar la profundidad del relato que contiene el libro de Melville. En Moby Dick, la ballena no debe verse. Cada espectador, cada hombre, tiene su ballena dentro", comenta Vittorio Gassman. Autor, actor principal y director de esta Moby Dick, Gassman habla en su camerino, un pequeño espacio acotado por cuatro cortinas junto a las aguas del puerto de Génova, donde la obra se representa al aire libre.

Pregunta. Usted ha dicho: "¿Mi ballena de hoy? La muerte. Es a la que verdaderamente me gustaría, derrotar". Y también ha asegurado que esta Moby Dick será su canto del cisne en el teatro. ¿Es una forma de entrar en el personaje trágico del capitán Achab?

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Respuesta. Bueno, ya sabe que los actores somos mentirosos y nos gusta decir bromas. Pero sí me parece probable que éste sea mi último espectáculo de estas dimensiones, porque en lo sucesivo me gustaría trabajar en cosas más pequeñas, más experimentales. Y me gustaría volver al cine.

P. ¿Con algún proyecto concreto?

R. Sí, tengo un proyecto de película que se titula Silencio y que trata de la degeneración de la palabra, de la jerga de los políticos, del lenguaje de la televisión y de todo este embrollo de mierda que resume la degeneración general de la sociedad.

P. ¿Esa degeneración alcanza también al teatro?

R. El teatro italiano de hoy carece de llama utópica y depende demasiado de las ayudas del Estado. Yo pienso que el teatro tiene que tener siempre algo de azufre, debe ser algo escandaloso. Por eso me gusta Moby Dick. Es un libro queme marcó profundamente cuando lo leí por primera vez, a los 18 años. Había incluso utilizado fragmentos en recitales. Creo que ahora he conseguido una adaptación fiel, queme ha costado muchísimo trabajo.

P. Se trata de un texto denso, difícil...

R. Bueno, yo creo que el espectáculo puede gustar también a los niños, que se puede seguir como una historia de aventuras. Pero es verdad que el texto tiene una gran densidad y que tal vez no todos los que vean la representación lleguen a captarlo en toda su profundidad, aunque salgan satisfechos.

P. Poemas largos como los de Dante o Tennyson pueden resultar inasequibles para el público, sobre todo si es extranjero.

R. El poema de Dante que recito es uno de los más conocidos. Yo, además, creo que la grandísima poesía tiene siempre algo de universal y llega siempre al público.

P. Volviendo al paralelismo entre el último viaje de Achab y este último viaje teatral suyo, esto no quiere decir que el teatro haya sido para usted una pesadilla como el Leviatán para el ballenero, ¿no?

R. No, de ningún modo. Siempre he dicho que el teatro es para mí una enfermedad, pero también su cura. Como digo siempre que el teatro es duro, peligroso y dificil; pero que hacer teatro es, sin duda, mucho mejor que trabajar.

P. ¿Es cierto que no le gusta el mar? ¿Que le dan miedo los barcos?

R. Es verdad que no me gusta viajar por mar, pero no es un problema de miedo. Es que me aburre, sobre todo si te embarcas con gente equivocada, como me ha ocurrido algunas veces. Te sientes encerrado, no puedes escapar. Es tremendo.

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