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El Gobierno no revisa de momento el plan de convergencia, pese a lo anunciado por Economía

Por tercera vez en los últimos días, la ministra portavoz del Gobierno, Rosa Conde, dio a entender ayer que una cosa son los planes del ministro de Economía y otra que el Gobierno los asuma. Tras el Consejo de Ministros de ayer, Conde aseguró que "el Gobierno no está trabajando con la modificación de los objetivos del plan de convergencia". Días atrás, un alto cargo del ministerio de Carlos Solchaga señaló que este departamento prepara un nuevo cuadro macroeconómico porque no se están cumpliendo las condiciones sobre las que se elaboró. Por su parte, el presidente del PP, José María Aznar, puso ayer en duda la credibilidad del Gobierno para elaborar un presupuesto "muy riguroso" tal como anunció anteayer el presidente del Gobierno, Felipe González, y pidió el cese del ministro de Economía.

El Consejo de Ministros de ayer dedicó parte (le su tiempo a analizar un informe del titular de Economía y Hacienda, Carlos Solchaga, sobre el deterioro de la coyuntura económica y las desviaciones presupuestarias. La ministra portavoz del Gobierno, Rosa Conde, no detalló, durante la. conferencia de prensa posterior, ni el contenido del debate ni sus conclusiones, bajo el argumento de que es una explicación que corresponde dar al Ministerio de Economía.Según afirmó la ministra, "se trata únicamente de un primer análisis, pero no se ha adoptado ningún acuerdo concreto sobre la necesidad de nuevas medidas o sobre las líneas básicas del presupuesto de 1993, que todos sabemos debe ser riguroso".

Sí que aseguró, sin embargo, que el Ejecutivo no trabaja en estos momentos en la dirección de modificar el programa de convergencia con la CE, sino "en poner en marcha las medidas contempladas en el plan". En el caso de que el Gobierno asuma la necesidad de medidas adicionales "trabajará en ellas para asegurar que los objetivos previstos se cumplen". El debate se producirá "durante este mes de julio".

Días atrás, sin embargo, un alto cargo del Ministerio de Economía, anunció en Santander (veasé EL PAÍS del 1 de julio) que este departamento trabaja en la revisión del cuadro macroeconómico del programa, aunque manteniendo el objetivo final de estrechar la brecha de prosperidad relativa que separa a España de la media comunitaria. Añadió que el cuadro se basa en una moderación salarial y un crecimiento de la economía internacional que no se están cumpliendo.

Presupuesto riguroso

Pero la ministra Conde volvió ayer, por tercera vez en los últimos días, a eludir dar el respaldo expreso del Gobierno a los planes anunciados desde el Ministerio de Economía. Primero fue la subida de las retenciones del impuesto sobre la renta y después, la propuesta de un ajuste presupuestario. El argumento de la portavoz es que "todo ello se verá cuando se presente un paquete conjunto de medidas".

Lo que se plantea ahora desde Economía no son modificaciones para hacer cumplir el programa de convergencia, sino cambiar el cuadro macroeconómico ante el deterioro de la coyuntura. Estos objetivos han sido aprobados por el Parlamento y respaldados por la CE hace sólo tres meses. El presidente del Gobierno, Felipe González, tampoco aludió anteayer a la necesidad de modificar el programa de convergencia aunque sí afirmó que la situación económica es difícil, respaldó la gestión de Solchaga y anunció para 1993 un presupuesto "muy riguroso".

Este último aspecto mereció ayer la crítica del presidente del Partido Popular, José María Aznar, desde Sevilla. "Esos anuncios a estas alturas no tienen ninguna credibilidad", aseguró Aznar, quien añadió: "El problema de la economía española está ahora mismo aquí, en España. Hay que hacer un país más competitivo, más moderno, y, para eso, la credibilidad del Gobierno es nula".

Aznar indicó que los Presupuestos de 1992 se hicieron "en contra de lo que se había dicho; se ha hecho un plan de convergencia que desmentía los presupuestos y ahora la realidad ha vuelto a desmentir el plan de convergencia. Quienes han sido incapaces de gestionar razonablemente bien la economía española, serán incapaces de hacerlo en 1993", sentenció.

El jefe de la oposición afirmó que la economía española necesita un cambio de rumbo, de actividad y "naturalmente, cambiar al señor Solchaga".

A pesar de este rechazo frontal del principal grupo de la oposición, el Gobierno volvió ayer a alabar las virtudes del consenso con las fuerzas sociales y políticas para llevar adelante "todas las medidas necesarias para cumplir el programa de convergencia".

La ministra portavoz añadió que de la reunión del ayer se desprende "la percepción de que se pueden encontrar fórmulas de diálogo con los sindicatos". Sin embargo, explicó que en el encuentro previsto para el próximo lunes entre y los secretarios generales de UGT y CC OO, Nicolás Redondo y Antonio Gutiérrez, el presidente se limitará al contenido de la carta que les envió días atrás; es decir, ofrecerá negociar la formación profesional, la reforma del Inem, aspectos de la política industrial y un pacto de rentas.

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