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Barcelona se entregó a Bruce Springsteen

16.000 personas llenaron la Monumental

Una oleada de brazos en alto recibió a Bruce Springsteen en el primero de los dos recitales que realiza el boss en la plaza Monumental de Barcelona. Eran las 21.37, y el público, unas 16.500 personas, llevaba horas calentando motores. En la arena de la Monumental parecía imposible que pudiera caber nadie más, pero la gente seguía entrando, seguía gritando y seguía saltando. Cuando Springsteen empezó a entonar Better days, toda la plaza se puso en pie y los gritos y aplausos fueron aumentando a medida que el boss se acercaba al público, del que sólo le separaban pocos metros.

Cuando poco después sonó la música de Born in the USA todo el público coreó al unísono, con el puño en alto, que también habían nacido en EE UU, aunque de hecho procedían de todos los lugares de Cataluña y de España. La expectación de este recital, el único -con el de hoy- que realiza Springsteen en España, ha motivado que aficionados de todo el país acudan a la plaza Monumental de Barcelona. Una de las mayores movidas la han protagonizado las 3.000 personas que partieron ayer por la mañana de Madrid en dos trenes fletados por la Cadena 40 Principales de la SER y que han permanecido en Barcelona las horas necesarias para asistir al recital.Bruce apareció con su tradicional imagen rockera. Tejanos, camisa estampada y una cazadora oscura que se quitó en la tercera canción, Local hero. Antes del recital, el cantante quiso visitar el museo taurino y la capilla de la plaza, y según los organizadores se mostró muy impresionado. Tal vez esto le motivó a salir dispuesto a realizar una buena faena. En las primeras canciones Springsteen siguó el programa previsto. Hasta que llegó The river, una pieza que no estaba anunciada pero que los aficionados barceloneses le habían pedido con pancartas en inglés ante el hotel.

En catalán

En algunos momentos el boss se dirigió al público en catalán, y una de las canciones, If I should fall behind, la dedicó, también en catalán, "a la amistad y confianza de los que se aman".Vestido con unos vaqueros viejos, unas botas puntiagudas y un chaleco de cuero negro, Springsteen habló poco antes del concierto con EL PAÍS. "Me encuentro muy bien, y se puede decir que soy totalmente feliz", afirmó.

"La actualidad del mundo es una fuente enorme de inspiración", asegura, "y por eso nunca me falta material para escribir . Aprendí mucho en la gira de Amnistía Internacional, pero también influyen en mi forma de ser la guerra del Golfo o los conflictos raciales de Los Ángeles. Estamos en un mundo que vive de la información".

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