Decenas de somalíes mueren a diario en su desesperada huida a Yemen

Decenas de somalíes han muerto en las últimas horas a bordo de las embarcaciones en las que pretenden escapar, en condiciones infrahumanas, de la trágica situación de hambre y guerra civil que asola su país con destino a Yemen.Aunque las noticias que llegan son confusas, fuentes del Alto Comisariado de las Naciones Unidas para los Refugiados afirman que grupos armados de somalíes abrieron fuego contra sus paisanos, niños y mujeres sobre todo que viajaban hacinados en un barco por el Mar Rojo. Mataron a unas setenta personas. Las autoridades de Yemen, desbordadas por las dimensiones que está alcanzando el problema de los refugiados, habían negado a la embarcación la entrada en el puerto de Aden, situado en el sur de Yemen.

Otro barco con 700 somalíes se encuentra bloqueado en el puerto de Aden, sin que los pasajeros reciban el permiso de desembarco. Se estima que unas 15 personas han muerto de hambre y deshidratación y que otras cincuenta personas, de las que cuarenta eran niños, perecieron en el agua al intentar llegar a nado a la orilla.

Visión del horror

Un miembro del Alto Comisariado de las Naciones Unidas, Christiane Berthiaume, que pudo subir al barco acompañado de un doctor de la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras, ha dicho: "Es la visión misma del horror, con niños muriéndose en tus brazos". Y añadió: "Las condiciones son tan terribles que una botella de agua dulce se negocia nada menos que a 110 dólares (unas 11.000 pesetas)".Un tercer barco transportando 2.000 somalíes se encuentra ahora mismo rumbo a Aden, adonde se calcula que llegará mañana. Berthiaume, temiendo lo que pueda pasar, ha dicho: "Esperemos que las autoridades yemeníes les acepten".

La ONU calcula que en la última semana han muerto al menos 150 personas en estas desesperadas y dramáticas travesías hacia Yemen.

En el precario campamento que se ha levantado en la playa, y que acogen a unos 3.400 somalíes, se han registrado seis casos de cólera. En los tres campos de refugiados en los que malviven 50.000 somalíes que han escapado del hambre y la violencia de su país, las pésimas condiciones higiénicas y sanitarias causan bajas a diario.

Los que se quedan en Somalia se encuentran con un país en el abismo. La Organización de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO) calcula que el hambre puede afectar a 4,5 millones de los 7,7 millones de personas que viven en Somalia.

Solamente en la capital, Mogadiscio, muere cada día un centenar de niños. La población infantil es la más afectada. Enviados especiales de la ONU repiten continuamente, para reclamar la ayuda de los países ricos, la expresión: "Están cayendo como moscas".