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Butros Gali da 48 horas a Serbia para que deje de bombardear el aeropuerto de Sarajevo

El secretario general de la ONU, Butros Gali, dio ayer 48 horas a Serbia para que cesara en sus ataques contra el aeropuerto de Sarajevo. Si las fuerzas serbias no atendieran a ese ultimátum, Gali reconsideraría las operaciones de la ONU en la zona y demandaría al Consejo de Seguridad la toma de medidas adecuadas para, poner término al "sufrimiento de la población" de la capital bosnia.

El presidente norteamericano, George Bush, por su parte, se reunió en la tarde de ayer en la Casa Blanca con su principal núcleo de asesores para estudiar las formas de garantizar el envío de ayuda humanitaria a Sarajevo, lo que incluye la posibilidad de una intervención militar en la capital de Bosnia. El Pentágono se resiste a esa iniciativa porque teme encontrarse en Sarajevo con un nuevo Beirut.En la reunión, de cuyo resultado no se había informado al cierre de esta edición, participaron el secretario de Estado, James Baker, el de Defensa, Richard Cheney, y el consejero nacional de Seguridad, Brent Scowcroft. La conferencia fue convocada específicamente por el presidente para estudiar medidas urgentes sobre Yugoslavia después de un día de intensos rumores sobre una inminente operación militar.

Las fuerzas militares norteamericanas en Europa se encuentran en estado de alerta desde hace diez días, listas para participar en cualquier momento en una misión de ayuda humanitaria a Sarajevo, donde la población está sometida desde hace meses a los ataques de las fuerzas serbias.

Poco antes del inicio de la reunión en la Casa Blanca, James Baker desmintió el inminente uso de la fuerza en Sarajevo y explicó que las resoluciones de las Naciones Unidas aprobadas hasta ahora al respecto no dan luz verde a ese tipo de actuación.

El secretario de Estado, que esta misma semana calificó al Gobierno serbio de "bárbaro e inhumano" y pidió una mayor iniciativa internacional en apoyo de Bosnia-Herzegovina, es el miembro de la Administración más favorable a una intervención militar.

Por otra parte, el dirigente nacionalista serbio en Bosnia, Radovan Karadzic, -pidió ayer a las tropas serbias que rodean Sarajevo que interrumpan el fuego y solicitó la retirada de las piezas de artillería para permitir el acceso al aeropuerto.

Poco antes, en Lisboa, el ministro de Exteriores francés, Roland Dumas, leía una carta remitida por James Baker, secretario de Estado norteamericano, en la que Estados Unidos reclama la exclusión de la nueva Yugoslavia (compuesta por Serbia y Montenegro) de todos los foros internacionales, incluida la ONU.

En Belgrado, el nuevo primer ministro serbio, Radoman Bozovic, recibió ayer el voto de confianza del Parlamento. Bozovic, quien aseguró que su Gobierno no aceptaría nunca ser calificado de agresor en Bosnia, ha superado así la moción de los diputados de oposición que pretendían derrocar legalmente su Gobierno.

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