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Cinco escolares muertos y 27 heridos al caer un autocar por un precipicio en Pontevedra

Xosé Hermida

"He cometido un acto criminal", gritó en plena crisis nerviosa el conductor del autobús escolar que ayer se cayó por un barranco entre los municipios pontevedreses de Silleda y A Estrada. Fue un error del chófer, que acercó demasiado el vehículo al borde de la carretera, el que provocó el accidente. Cinco adolescentes de entre 13 y 14 años murieron aplastados y otros 27 resultaron heridos, aunque anoche no se temía por la vida de ninguno de ellos. El conductor, Julio García Estévez, de 30 años, salió ileso del choque, pero hubo de ser atendido de un fuerte choque nervioso en una clínica de la zona. [Tras este siniestro, el número de niños muertos en accidentes de autobús desde 1975 se eleva a 125, informa Europa Press.]

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En el autobús viajaban 40 personas, 35 de ellos alumnos de octavo de EGB del colegio Divina Pastora de Monforte de Lemos (Lugo), que habían decidido celebrar el fin de curso con un baño en las playas de la península de O Grove, en la ría de Arosa (Pontevedra). En el vehículo, un autocar de unos cinco años de antigüedad, matrícula C-4336-AB, propiedad de la empresa de transportes Atvisa, de Rúa de Petín (Orense), también estaba en el momento del accidente el conductor, un amigo de éste, dos profesores y la esposa de uno de ellos.Los alumnos hubiesen preferido hacer una excursión más larga, cinco días fuera de Galicia, pero las monjas del colegio Divina Pastora no les dieron permiso. Al final, con un dinero que habían ahorrado de la cena de fin de curso, convencieron a sus profesores para que los llevasen a la playa a las Rías Bajas.

Salieron a primera hora de la mañana de Monforte y tras ver una película en el vídeo del autobús, las chicas, que eran mayoría en el grupo, devoraban la grabación de un concierto de Alejandro Sariz, el cantante de moda entre las adolescentes. Ansiosos por llegar a la playa, los muchachos habían pedido en varias ocasiones al conductor que apurase la marcha.

Sobre las 10.05 el autobús llegó al alto de A Rocha de San Sebastián, un estrecho y sinuoso tramo de la carretera N-640 Vegadeo-Carril, situado entre los municipios de Silleda y A Estrada. El vehículo tomó una curva a la izquierda no demasiado pronunciada, pero el chófer se arrimó en exceso al borde. En apenas unos segundos el autobús se precipitó por un barranco de 30 metros.

"Fue como un bache. Empezamos a dar vueltas, no sé cuántas. A mí se me echaron algunas compañeras encima y debí desmayarme. Cuando me desperté el autocar estaba tumbado. Todo el mundo sangraba, estaban gritando y pedían ayuda", relató en la sala de urgencias del Hospital General de Galicia Iría Hermida, una joven de 14 años que intentaba a duras penas mantener la compostura. Iria tan solo sufrió unos rasguños. Una muchacha que se encontraba junto a ella mientras charlaba con los periodistas no parecía capaz de articular palabra y cayó desplomada al suelo antes de terminar la conversación.

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Olalla Camino, que salió ilesa del accidente, pudo observar mejor cómo el conductor fue perdiendo el control del vehículo. "Se arrimó mucho a la orilla y se rompió el borde de la carretera. Estuvimos unos segundos ladeando y como tenía mucho peso de un lado se cayó por el precipicio", explicó la muchacha.

El gobernador civil de Pontevedra, Jorge Parada, que se desplazó al mediodía al lugar del siniestro, confirmó esta versión de los hechos. Según Parada, el tacógrafo del autocar reveló que éste circulaba a tan sólo 50 kilómetros por hora en el momento del accidente: 'Tue un fallo humano. Venía demasiado arrimado al borde de la carretera, lo que provocó que se saliese y se cayese".

Los heridos fueron atendidos de inmediato por los 14 mierribros de una brigada contraincendios de la Xunta de Galicia que en ese momento trabajaban para levantar una torre de vigilancia en el monte. Uno de los integrantes de la cuadrilla relató cómo había logrado rescatar a una muchacha malherida que se murió cuando ya la tenía entre sus brazos.

Aproximadamente 45 minutos después acudieron a socorrer a las víctimas dos helicópteros del servicio de salvamento de la Xunta y numerosas ambulancias de los ayuntamientos de la zona. El techo y la parte derecha del autocar quedaron casi completamente aplastados. Esto dificultó enormemente el rescate de los cadáveres, que se prolongó hasta el mediodía. La laboriosidad de los trabajos contribuyó a sembrar la incertidumbre entre los familiares de las víctimas, ya que hasta primera hora de la tarde no se supo con exactitud el número de muertos ni su identidad.

Los fallecidos, todos de entre 13 y 14 años, son: Belén Vázquez Carnero, Silvia López Álvarez, Patricia Valcárcel Pereiro y Belén Alvarín Vázquez, vecinos de Monforte de Lemos, y el muchacho Diego Armesto Moure, residente en Ferreira de Pantón, también en la provincia de Lugo.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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