_
_
_
_

El Supremo de EE UU abre la vía para que las víctimas del tabaco demanden a las compañías

Antonio Caño

El Tribunal Supremo de Estados Unidos, en un decisión histórica, abrió ayer el camino para que las víctimas de cáncer que demuestren que su enfermedad fue causada por el tabaco puedan demandar a las poderosas compañías tabaqueras, que tendrán que emplear miles de millones de dólares para protegerse. El máximo tribunal norteamericano decidió que la advertencia sobre los riesgos del tabaco que aparecen en todos los paquetes de cigarrillos que se venden en EE UU no exime a las compañías de la obligación de responder ante los tribunales por los daños que pueda provocar el tabaco.

La decisión del Tribunal Supremo quiere decir que los 50 casos presentados actualmente ante la Justicia en todo el país contra distintas empresas de tabaco por parte de familiares de muertos de cáncer cuentan ya con posibilidades de éxito, lo que obligaría a las compañías a pagar indemnizaciones multimillonarias.La decisión del Tribunal Supremo no supone la condena inmediata de las compañías. Los afectados o sus familiares tendrán que afrontar duras batallas ante los tribunales para demostrar que fue el uso de determinada marca de cigarrillos durante determinado tiempo lo que causó su enfermedad o su muerte.

Pero lo que sí ha ocurrido es que el Tribunal Supremo le quita a las empresas el paraguas que las protegía hasta ahora; es decir, que la ley de 1965 sobre advertencias en las cajetillas y sobre publicidad de sustancias peligrosas no es una protección contra los recursos judiciales.

Uno de los nueve miembros del Tribunal Supremo, el juez Paul Stevens, el que se opuso con mayor énfasis a la reciente decisión favorable al secuestro en otros países de fugitivos de la justicia norteamericana, explicó que el máximo tribunal no pretende culpar a las compañías tabaqueras de publicidad fraudulenta, sino abrir la posibilidad de que tengan que responder ante los tribunales por los daños que causa su producto. En contra de la decisión del tribunal se pronunciaron dos de sus miembros, Antonin Scalia y el famoso juez Clarence Thomas, ambos fumadores.

Revolución en la industria

Esta decisión puede suponer una verdadera revolución en esta industria, que en su día fue una de las más poderosas de Estados Unidos. La medida no sólo da la razón al medio centenar de casos a los que la ley de 1965 cerraba el camino de los tribunales, sino que abre las puertas para que cualquier enfermo de cáncer de garganta o de pulmón, o los afectados por enfermedades coronarlas o de: cualquier otro tipo que pudieran estar vinculadas al tabaco pidan indemnizaciones.

En Estados Unidos mueren cada año 400.000 personas por enfermedades que pudieran estar relacionadas con el consumo de cigarrillos.

Eso supondrá un enorme: gasto para las empresas que: pierdan los casos que se les planteen y una enorme inversión en abogados y otros sistemas de protección contra los peligros de demandas.

Este nuevo desafío coincide con un momento de dificultades económicas para las empresas de tabaco, algunas de las cuales están empezando a derivar su negocio hacia el terreno de la alimentación.

Además de los abogados, los grandes beneficiados por la decisión del Tribunal Supremo, que actúa en Estados Unidos con poderes similares a los de un tribunal constitucional, son las organizaciones anti-tabaco, que ganan una nueva batalla en su guerra contra el viejo vicio de fumar.

Hasta ahora, las compañías de tabaco, protegidas por la ley de 1965, sólo habían perdido un caso ante los tribunales sobre su responsabilidad en la muerte de un fumador. Se trata del que planteó en 1988 la familia de Rose Cipollone, que murió de cáncer después de haber consumido cigarrillos durante 40 años.

Culpa de la víctima

La compañía Liggett Group Inc. sólo tuvo que pagar entonces la cantidad de 400.000 dólares (40 millones de pesetas) porque el tribunal consideró que el 80% de la culpa era de la propia víctima, que conocía los peligros del tabaco. Otras dos empresas acusadas en aquel caso, entre ellas la poderosa Philip Morris, que produce los cigarrillos Marlboro, fueron absueltas.

Para las empresas, esta decisión supone un revés tan serio que puede poner en peligro incluso su actividad en Estados Unidos.

Fuentes de Philip Morris comentaron que presentían desde hace tiempo las enormes dificultades del mercado norteamericano y están buscando nuevos mercados en el exterior, principalmente en Rusia y otros antiguos países comunistas.

Hace años que fumar ha dejado de estar de moda en Estados Unidos, donde cada año se aplican medidas más severas para separar en los lugares públicos a los fumadores, pero la decisión tomada ahora por el Tribunal Supremo puede ser tal vez el golpe de gracia contra un vicio precisamente impuesto por este país.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_