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La oposición mexicana acusa a Salinas de ceder ante Washington

La oposición mexicana ha calificado de "sumisión" la decisión del Gobierno de Carlos Salinas de Gortari de replantearse la expulsión de su territorio de los agentes de la DEA (policía anti droga norteamericana) después de que Estados Unidos, atosigado por el caso Álvarez Machaín, decidiera acceder a conversaciones con el Ejecutivo mexicano sobre la futura cooperación antinarcóticos entre ambos países. México exigió ayer la devolución del médico de Guadalajara, preso en EE UU, que fue secuestrado por la DEA en 1989 en su territorio.La secretaria general del Partido de Acción Nacional, Cecilia Romero, dice que el Gobierno ha actuado con "falta de cuidado" al asumir un tipo de medidas un día, en respuesta a la legalización del secuestro por parte del Supremo norteamericano, y cambiarlas horas después. Porfirio Muñoz Ledo, senador del Partido de la Revolución Democrática, manifista, por su parte, que la rehabilitación de la DEA en suelo mexicano es "un signo más de debilidad" del Gobierno de Carlos Salinas frente a su poderoso vecino del Norte.

Medios diplomáticos explican, no obstante, que esta decisión de castigar un día a la DEA y perdonarla casi a continuación ha tenido sus efectos prácticos: la Administración de George Bush se ha precipitado a negociar inmediatamente con México, y el eco de la reacción en el país ha sido secundado en todo el mundo. En este sentido, señalan que algunas naciones latinoamericanas han sido incluso más duras que México en su crítica al fallo del Supremo norteamericano.

Negociaciones delicadas

"No hay que olvidar", aseguran estos medios, "que México negocia actualmente el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, con cuestiones muy delicadas donde el país se juega su futuro. Ello no puede ser empañado por factores exógenos". De hecho, el caso Álvarez Machain pasó su sarampión en 1990, cuando fue secuestrado y se levantaron tormentas de protesta. Luego las relaciones han ido mejorando entre los dos países y Salinas acudió recientemente a San Antonio (Tejas) a la cumbre antidroga (Cartagena II) que presidió Bush.Con las conversaciones iniciadas ya en México entre EE UU y la cancillería mexicana se pretende conseguir cambios en el tratado de extradición vigente entre los dos países, especialmente mediante la introducción de alguna cláusula que permita a los tribunales estadounidenses justificar los secuestros fuera de su territorio, aspecto no explícitamente recogido en el texto.

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