El desasosiego como alternativa
Javier Corcobado tiene un currículo muy peculiar. Mar Otra Vez y Demonios Tus Ojos son bandas únicas, tremendamente densas y personales. Capaces de influir en los cerebros más sólidos, pueden convertir en fosfatina a los menos estables. Fueron sus primeras guerrillas sonoras, y le convirtieron en uno de los nombres punteros del panorama musical español de vanguardia. Con su nuevo grupo, Los Chatarreros de Sangre y Cielo, se muestra menos difícil que antaño, pero igual de atormentado y progresista. Es un intérprete de lo extraño empeñado en luchar a contracorriente. Un kamikaze sin -bandera y sin objetivos.Corcobado es, además, un cantante atípico. Se le puede situar a medio camino entre 10 géneros, justo en la frontera entre Nick Cave y Nino Bravo. Terreno resbaladizo. Entonces él pasará por encima de las etiquetas y sorprenderá a propios y extraños con un tema, La libertad (es la cárcel más grande de todas las cárceles), que firmaría gustoso Tom Waits.
Corcobado y Los Chatarreros de Sangre y Cielo
Javier Corcobado (voz solista y guitarra), Nacho Colis (batería), Nacho Lagura (bajo), Justo Bagueste (saxo) y Javier Amal (guitarra). Día 11 de junio. 300 personas. Madrid, sala Morocco.
El concierto que ofreció en la sala Morocco demostró que es un poeta camuflado de cantautor eléctrico. Los textos son tan importantes como las músicas, y los instrumentistas, algo más que simples comparsas. Crean la tensión necesaria para que las historias que Corcobado cuenta resulten demoledoras. La banda sonora para el desasosiego.
Babelia
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