Gases lacrimógenos obligan a Bush a abandonar un acto de amistad en Panamá
El presidente George Bush y su esposa, Bárbara, tuvieron que abandonar ayer precipitadamente y bajo el caos el parque Porras de la capital panameña, donde celebraban un acto de amistad con cerca de 3.000 personas, que tuvo que ser suspendido, después de que nubes de gases lacrimógenos invadieran el recinto y provocaran la huida en estampida de todos los asistentes.
El pánico se apoderó de la plaza y el servicio de seguridad del presidente Bush, mientras éste se aliviaba en una pequeña caseta de los efectos de los gases, tomó prácticamente el parque empuñando sus armas automáticas hacia todas direcciones. Milagrosamente no hubo heridos, pese a que en algún momento se escucharon disparos de armas de fuego, aunque sí numerosos ataques de histeria y caídas.Todo ocurrió hacia las 14.45 (21.45, hora peninsular española) cuando las fuerzas antimotines de la policía panameña, que protegían los accesos cerrados a la plaza, fueron desbordadas y traspasadas por grupos de manifestantes que desde, primera hora de la mañana protestaban contra la presencia de Bush en su país, tan sólo dos años y medio después de la invasión estadounidense. Por los suelos cayeron varios arcos detectores de metales, instalados por el servicio de seguridad norteamericano, por donde horas antes habían pasado una a una las 3.000 personas que esperaban a Bush.
El presidente norteamericano y su esposa, acompañados por el presidente panameño, Guillermo Endara, y su mujer, Ana Mae, acababan de llegar al parque Porras donde desde un podio, exageradamente ornamentado y bajo la leyenda Encuentro de amigos, el presidente de EE UU se iba a dirigir a los asistentes. Hasta ese momento todo eran sonrisas. Un speaker hizo la presentación de Bush: "El hombre que cambió el curso de nuestra historia", subrayó el presentador, y dio inmediatamente paso .a la alcaldesa de Panamá, Omaira Correa, que sólo pudo pronunciar la palabra "bienvenida".
Los, disparos de los antimotines empezaron a inquietar al público. La primera, en notar los efectos de los gases fue Bárbara Bush, que abandonó precipitadamente el podio. Le siguió la mujer de Endara. Segundos después lo hicieron Bush y el presidente panameño.
Hubo carreras, desmayos, saltos y gente que pedía auxilio en los edificios que dan a la plaza, entre ellas la Embajada de España. Grupos de manifestantes, con el rostro cubierto, llegaron a adentrarse en la plaza y una caza humana se inició seguidamente con la participación de la policía panameña y unidades de élite norteamericanas.
Causa común
Se produjeron varios arrestos, en algún momento con dificultades, porque mucha gente, entre ella algunos líderes políticos de izquierda, empezó a hacer causa común y a proteger con sus cuerpos a los detenidos. En algún momento se vio que alguno de los policías panameños se encontraba a disgusto realizando esta función, y no ocultaban su simpatía con las protestas, ya que en su mayoría son antiguos miembros de las Fuerzas de Defensa panameñas del anterior régimen.Bush y su esposa Bárbara permanecieron en una caseta contigua al podio durante cinco minutos. Los servicios de seguridad del presidente Bush ordenaron a todas las personas que se encontraban en los alrededores, entre ellos el, corresponsal de EL PAÍS, que se arrojaran al suelo. En ese mismo instante y a toda velocidad comenzó a abandonar desordenadamente el parque la caravana automovilística norteamericana. El presidente norteamericano sonreía desde el interior de su automóvil, mientras se frotaba continuamente los ojos y hacía el signo de la victoria hacia las pocas personas que desde el suelo pudieron contemplar su veloz huida del lugar.
Arenga a las tropas del Canal
, La accidentada visita de Bush a Panamá concluyó unas horas después en la base Albrook, donde el presidente norteamericano y su esposa, ya repuestos de los efectos de los gases lacrimógenos, se reunieron con la tropa norteamericana estacionada junto al Canal de Panamá. Bush les dijo a los militares norteamericanos, que el miércoles sufrieron la baja de un soldado en una emboscada terrorista, que "el día del dictador ha terminado", en alusión al ex general Manuel Antonio Noriega, y advirtió: "Ningún grupo izquierdista podrá con nosotros".
La escala técnica de cinco horas de George Bush en Panamá se inició al mediodía con un recibimiento oficial por parte de Endara en el aeródromo de Paitilla, adonde llegó en un helicóptero presidencial, porque el avión que le trasladaba desde Washington quedó en el aeropuerto de Tocumen para ser sometido a las pertinentes revisiones antes de emprender vuelo a la cumbre de Río de Janeiro. Los dos presidentes almorzaron en el palacio de las Garzas, en el único acto que se desarrolló con normalidad.
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