Sin novedad en el frente

El proyecto Jóvenes Valores del Siglo XXI fue encargado por EXPO 92 a Miguel Bosé y pareció en un principio prometer el descubrimiento, o eventualmente la alternativa para la nueva creación, en el marco de las artes escénicas y la danza.Se verían aquí las auténticas novedades, o eso al menos parecía prometer el proyecto inicialmente, pues era sobre el papel planteaba una especie de frente de batalla: la presentación de una serie de individualidades y de conjuntos que se proyectaban profesionalmente hacia su futura consolidación, hacia el éxito y el reconocimiento venideros.

Sin embargo, poco de eso hay en la oferta de Miguel Bosé. Hecha a simple dedo, y aparentemente, sin moverse de la capital del Estado, la selección llevada a cabo cojea desde obviedades como la que supone no incluir a ninguno de los grupos catalanes de danza contemporánea, siendo como es la ciudad condal, la cuna y el caldo de cultivo ideal de tal expresión escénica dentro de España.

De los diez grupos de danza elegidos, siete provienen de Madrid, y en todos los casos, se les ha pedido a estos grupos que sacrifiquen las coreografías en función del corsé de un horario tipo, que establece que cada representación no debe superar los 50 minutos de duración. La mayoría de los artistas invitados a participar, siempre en situación de crisis económica e igualmente presionados por la necesidad de mostrar su trabajo, han aceptado; y en muchos casos lo han hecho en detrimento de la calidad de sus trabajos.

Recurrencias

Seleccionar cuatro grupos de teatro de títeres, cuando acaba de terminar precisamente en Sevilla un festival internacional de esa especialidad es otra muestra de que el programa del Palenque responde a recurrencias.Alguna novedad, lo que se dice algo realmente inédito, no hay nada. Y otra cosa es la elección del espacio, pues se trata de un lugar de tránsito continuo, con ruido de fuentes, fritangas y otros tambores lejanos, que hacen del Palenque un delicioso zoco, apto para otros tipo de festejos, pero de ninguna manera para la celebración de la danza contemporánea, en la que muchas veces se producen silencios que hay que percibir; y otras veces se llevan a cabo trabajos corporales a una escala impropia para tal ámbito.

No se ha encontrado tampoco un verdadero equilibrio proporcional entre el teatro, la danza moderna y el flamenco, con un resultado que parece más aleatorio que razonado. La ensalada, con perdón, incluye a jóvenes con un promedio de edad que alcanza los 30 años, lo que quiere decir que la consagración les llegará cuando alcancen la cuarentena. Al propio Miguel Bosé le llegó más pronto.