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GUERRA EN LOS BALCANES

La repulsa del canciller Kohl

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El canciller alemán, Helmut Kohl, lanzó ayer el más duro ataque del Gobierno de Bonn contra los líderes serbios desde que se iniciara la guerra civil en Yugoslavia y pidió el embargo de petróleo contra Belgrado. "Los alemanes han reaccionado con repulsión", dijo Kohl al referirse a las imágenes de la explosión del miércoles en una céntrica calle de Sarajevo, y que fueron mostradas repetidamente por las cadenas de televisión. "El Gobierno alemán condena severamente este brutal ataque sobre gente inocente; fue un acto de terror que Ilustra el creciente grado de brutalidad de la guerra", añadió el canciller."La dirección serbia y sus aliados deben darse cuenta de que cargarán con las consecuencias de sus actos", señala la nota de cancillería, para insinuar a continuación que Serbia y Montenegro deberían ser excluidas de las Naciones Unidas y de los demás organismos internacionales. "Expreso enfáticamente nuestro interés", añadió Kohl, "de que el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y la Comunidad Europea lleven a cabo sin demora el embargo de petróleo para cortar el abastecimiento de combustible al Ejército federal".

La implicación alemana en Yugoslavia ha dado lugar a situaciones un tanto paradójicas. Así, la firma automovilística Volkswagen se vio obligada ayer a desmentir los rumores que indicaban que había pedido protección para su factoría de Sarajevo al líder serbio Slobodan Milosevic, a cambio de apoyo a Serbia.

Un portavoz de la empresa reconoció ayer que el presidente de la misma, Carl Hahn, envió una carta al líder serbio el pasado 22 de abril en este sentido, pero sin mencionar posibles contrapartidas.

Sin embargo, la factoría, en la que trabajan 3.500 personas, tuvo que cerrar finalmente hace tres semanas debido a la guerra, y los planes de ampliación han sido pospuestos.

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