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Crítica:
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Delicada comedia antibélica

A finales de los años setenta y comienzos de los ochenta empieza a aparecer en Italia un grupo de realizadores que, en lucha directa con el todopoderoso cine norteamericano y la cada vez mayor influencia de las cadenas privadas de televisión, intenta variar el bastante desolador panorama de la cinematografía nacional. Su punto de apoyo es la tradición de la comedia, la denominada "comedia a la italiana", que en los años cincuenta y sesenta genera importantes películas. Poco o nada conocido entre nosotros, ha dado lugar a obras del interés de Soy el pequeño diablo (1988), de Benigni; Il portaborse (1991), de Luchetti; La misa ha terminado (1985), de Nanni Moretti; Ladrones de anuncios (1988), de Nichetti; Cinema Paradiso (1989), de Tornatore; etcétera, respaldadas por considerables éxitos y premios, entre los que se incluyen el Óscar correspondiente a la producción extranjera, obtenido por esta última y por Mediterráneo.

Mediterráneo (1991)

Director: Gabriele Salvatores. Guionista: Vincenzo Monteleone. Fotografía: Italo Pettriccione. Intérpretes: Diego Abatantuono, Claudio Bigagli, Giuseppe Cederna, Claudio Bisio, Vanna Barba. Italia. Estreno en Madrid: Rex, Minicines, Vaguada, Ideal (versión original).

El napolitano Gabriele Salvatores, que debuta como director de cine con Sogno di una notte destate (1983), recibe el encargo de los importantes productores Mario y Vittorio Cecchi Gori, en unión de Silvio Berlusconi, de rodar un guión de Vincenzo Monteleone, sobre una pequeña anécdota situada durante la II Guerra Mundial que debe dar lugar a una delicada comedia antibélica.

Así nace Mediterráneo, que narra cómo ocho soldados fascistas italianos llegan a una perdida isla del mar Egeo en 1941 en compañía de una mula, no tardan en perder el contacto con sus superiores y permanecen aislados el resto de la guerra. En poco tiempo, pasan de ver a los griegos corno el enemigo a confraternizar con ellos, desaparecer cualquier resto de ideología mussoliniana y actitud militarista.

Basada en una situación única, que podía haber dado más de sí de contar con un guión más profundo, Mediterráneo es una comedia antibélica de gran eficacia, lo que habitualmente se denomina una obra menor, pero que confirma a Gabrielle Salvatores como un delicado y eficaz realizador.

Sin apenas más elementos que un gran equipo de actores, al frente del cual se sitúa su habitual y sólido Diego Abatantuono, y la belleza de la pequeña y soleada isla griega donde se desarrolla íntegramente la acción, Salvatores consigue un relato que una y otra vez gira sobre sí mismo, para dar una sencilla y eficaz comedia que marca un jalón más dentro de la tradición de la "comedia a la italiana".

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