Felipe González asegura que Ia sociedad española en su conjunto no quiere la huelga"

El presidente del Gobierno, Felipe González, aseguró ayer, a menos de 48 horas de la jornada de huelga convocada por los sindicatos, que "la sociedad española en su conjunto no quiere huelga" que el Ejecutivo no variará su posición el 29 de mayo y que en ningún caso retirará el proyecto de ley de recorte del subsidio de desempleo. González manifestó también que el transporte público debía funcionar normalmente para no condicionar la huelga y que, de todos modos, los servicios mínimos deben cumplirse en un 40% en las horas valle y en un 50% en las punta, basado en una sentencia judicial.

El presidente del Gobierno, Felipe González, que compareció ante los medios de comunicación acompañado del presidente de Guatemala, Jorge Serrano, se vió obligado a centrar el contenido de la conferencia de prensa en la convocatoria de huelga del próximo día 28 y a dejar en un segundo plano las relaciones bilaterales con el país centroamericano. Tuvo como testigos privilegiados, en la primera fila de la sala de prensa del Ministerio del Portavoz, a tres ministros: Javier Solana, de Educación; Luis Martínez Noval, de Trabajo, y Rosa Conde, del Portavoz. González, que mantuvo un tono firme y sereno en sus respuestas, aseguró que "la sociedad española en su conjunto no quiere huelga", en un claro desafío a las encuestas publicadas durante el fin de semana. A renglón seguido agregó que su resultado "no variará la posición del Gobierno" y que no retirará el proyecto de ley de recorte de prestaciones de desempleo porque "además ya no es facultad del Ejecutivo, sino del Parlamento". "Retirar un proyecto necesario. ¿Por qué?, se preguntó.

En otro momento, el presidente del Gobierno se refirió a los servicios mínimos de la huelga, cuyas negociaciones se rompieron ayer. González fue nítido: "Los servicios mínimos deben ser cumplidos. Hay una reciente sentencia de un tribunal de Madrid que dice que en las horas valle deben ser de un 40% y en las punta de un 50%".

A renglón seguido, el presidente del Gobierno dijo que "el transporte público debe funcionar con toda normalidad para que no condicione el resultado de la huelga" y fue aún más explícito al señalar: "Los dirigentes sindicales saben que si el transporte funciona de manera irregular, la gente llega tarde al trabajo y eso ya puede interpretarse como un seguimiento dela huelga". Felipe González comentó que después de la huelga, el Gobierno va a mantener la misma disponibilidad al diálogo que antes, "con la diferencia de que habremos perdido 20.000 millones o 60.000 millones".

Decir la verdad

Sobre el grado de capacidad de negociación de Gobierno y sindicatos, el jefe del Ejecutivo rehuyó respuestas tajantes y se limitó a manifestar: "No quiero polemizar para no calentar el ambiente. Pero señaló: "Hemos estado dispuestos a negociar desde que se presentó el proyecto de ley, pero no aceptamos su retirada como condición previa. Negociaremos cuando haya predisposición". No rehuyó, sin embargo, una breve historia de los antecedentes del conflicto y recordó que la misma mañana del día que el ministro de Trabajo recibía a los sindicatos para negociar llegó la convocatoria de huelga". González dejó también claro, durante la rueda de prensa, que en el mitin del do mingo en Sevilla se refirió a algunos dirigentes sindicales cuando dijo que llegaría incluso al enfrentamiento si gentes a las que tenía respeto y cariño le estorbaban en la consecución del plan de convergencia para 1997. Ayer reiteró la misma idea y añadió: "Tengo la sensación de que las que se plantean como medidas impopulares son las que mejor entienden los ciudadanos. Además, decir la ver dad produce un resultado óptimo y, aunque no lo produzca, es mejor no ocultarla".

También reiteró que "el plan de convergencia lo llevará adelante el Gobierno, aunque no lo firmen los sindicatos". "Este plan no está hipotecado por nada ni nadie. ¿Que es compartido por una parte del mundo empresarial y de los trabajadores? Mejor. Pero el Gobierno lo llevará adelante", señaló. "He oído decir que no están de acuerdo con el plan de convergencia, pero no he oído el por qué. Sólo grandes frases", añadió.

Por último, González y Serrano admitieron que, en la reunión que celebraron abordaron el contencioso entre ambos países por la deuda pendiente.

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